El pontífice colombiano, la historia del papa Pedro II
Por María Alejandra Vidales Gallego y Julián David Zuluaga Agudelo.
En 1939, al morir el papa Pío XI, un dentista oriundo de Barbosa, Antioquia, sintió el llamado de Dios y presentó su nombre ante el Vaticano para suceder al pontífice fallecido. Para oficializar su candidatura, Antonio Hurtado envió un telegrama dirigido al cardenal camarlengo en el que le pedía que no buscara al nuevo sucesor de Pedro en el colegio cardenalicio, pues era él quien estaba predestinado a serlo. En ese momento, y ante el silencio de la santa sede, inició la leyenda del autoproclamado papa Pedro II, un personaje particular que protagonizó gran parte de la historia popular de la población barboseña en el siglo pasado.