Medios alternativos: una mirada al cambio social

Por:  Luisa Fernanda Gómez Galeano

“Los pueblos nunca saben ni ven sino lo que se les enseña y muestra. Ni oyen más que lo que se les dice” . Mariano Moreno


En los tiempos actuales, la comunicación para el cambio social cobra relevancia por el momento histórico por el que atraviesa el país. Busca la transformación del ser humano y una de las estrategias es la creación y consolidación de medios alternativos.  Aquí la producción de contenidos debe cautivar el interés del público, al tiempo que lo invite a pensar y reflexionar frente a las diversas problemáticas sociales.

Mónica María Valle, Directora del Grupo de Investigación en Comunicación del Politécnico Jaime Isaza Cadavid, sostiene que los medios, sin duda, tienen una influencia significativa en sus perceptores. Al mismo tiempo, hace referencia al contexto actual que impacta a la comunidad y afirma, “los medios alternativos tienen una función que va más allá de informar, es construir sentido, construir historias, construir colectividad. Entonces, en tanto a eso, son fundamentales en la etapa de posconflicto”.

En Medellín, en el año 2006, la revista virtual Luciérnaga publicó un estudio sobre medios alternativos realizado por el Grupo de Investigación en Comunicación de la Facultad de Comunicación Audiovisual del Politécnico Colombiano Jaime Isaza Cadavid. El artículo precisó que “en Medellín se debían impulsar y apoyar los medios alternativos en las comunas más desprovistas de estos: 2, 3, 6, 8 y 13; y en los corregimientos 50, 60, 70, 90”. Además, enfatiza en los procesos de restauración que puede tener una sociedad por medio de estos medios. La comunidad puede ver un contexto diferente al que proponen los medios masivos; a partir de esto, se pueden generar cambios sociales.

Como lo afirma Luis Gutiérrez Cano, Magister en Educación y Comunicador Social-Periodista de la Universidad Pontificia Bolivariana, los medios alternativos desempeñan un periodismo “que genera agenda, no la agenda propuesta por la Alcaldía ni por la Gobernación, sino por la comunidad”; sus temas deben estar basados en ello y no en lo que proponen los medios de comunicación masivos. La comunidad es el factor principal en el momento de generar dinámicas sociales que promuevan el cambio. Es precisamente la colectividad la que está consciente de lo que necesita y de lo que sucede en su entorno pues está inmersa en los conflictos del día a día. Por tanto, su voz merece ser escuchada.

Los medios alternativos no sólo plantean problemas, sino que también ofrecen argumentos para las soluciones. La información que se brinda debe generar opinión pública; que sus perceptores planteen ideas basadas en razones justificadas. De esta manera, ya no se habla de un asunto meramente teórico sino de información que se convierte en un “hecho social” que suscita transformación.  “Yo lo llamo Periodismo Social Positivo”, concluyó Gutiérrez Cano.

Santiago Jiménez Londoño, fundador y director de Al Poniente, medio alternativo, habla sobre el papel de los medios alternativos frente al posacuerdo y comenta que su objetivo no es cambiar el pensamiento de las personas, sino darles información suficiente para que tomen una decisión conforme con lo que ellos creen; simplemente es dar sustento a los argumentos.

“Los medios independientes deben plantearse las preguntas de qué hacer después del posconflicto. Y creo que no lo estamos haciendo. Se centró el debate en lo político del Sí o el No, pero no nos hemos planteado las preguntas importantes, y es algo que todos los medios independientes tienen que empezar a hacer”

explicó Jiménez Londoño.

Utilizar un lenguaje “más sustancioso” es lo que sugiere Luisa López, politóloga y redactora de El Fichero, para que los medios alternativos cumplan con su objetivo de cambio social, especialmente con los temas relacionados con el posacuerdo. “La responsabilidad más grande está en hacer pedagogía, no sólo para la paz sino de la política en general; que los ciudadanos se acerquen más a este tipo de cosas”. También afirma que el compromiso de lograr este cambio social se dificulta pues la información llega a los mismos círculos sociales. Modificar la mentalidad y los imaginarios de la ciudadanía se torna complejo cuando no se tiene acceso a estos medios o incluso cuando no se tiene interés en consultarlos.

El dolor de cabeza de la financiación

La financiación es un problema que pone en la cuerda floja a quienes se encargan de promover los medios alternativos. Los acuerdos económicos se convierten en una lucha constante por mantener su línea editorial intacta. La autofinanciación no se muestra como una opción viable, por lo tanto, el desarrollo de proyectos sociales que busquen patrocinadores que no influyan en su contenido es el objetivo. Como lo expresa Luisa López, si se trata de financiación privada, se debe analizar en qué medida siguen siendo o no alternativos, pues en ocasiones se empieza a responder por los intereses de estos grupos económicos.

Por su parte, Diego Obando Pacheco, vocero de Conciencia Urbana, medio alternativo, explica que la financiación no es el único problema que enfrentan estos medios. La receptividad puede convertirse en un obstáculo si no se alcanza el nivel esperado. “Se pueden tener los equipos que te permiten transmitir la información de calidad pero resulta que a la población no le interesa”. Si no se cuenta con un público que apoye el medio, el proceso de cambio social no será posible. “Si no emigras a los públicos es difícil que crezcas”

Así mismo, Obando Pacheco afirma que cuando se trata de responsabilidad frente a un cambio social, los medios alternativos no pueden actuar solos. Los medios de comunicación masivos pueden presentar intereses privados que van más allá de la comunicación. Para impedir esto, es necesario que “la cultura ciudadana y política se dé cuenta de esta situación” y que esté dispuesta a buscar información oportuna. De esta manera el proceso de transformación social podrá ser efectivo.