Por: Herman Roberto Lasso
Hoy las bibliotecas no son un punto de referencia conceptual para un sinnúmero de personas.
La literatura es un legado cultural que transmite conocimientos, emociones y experiencias, por medio de los libros que reposan en las diferentes bibliotecas del país.
Para el licenciado en Filosofía y Literatura, Magister en Psicología y Salud Mental, Hernán Andrés Carmona Garzón, pocas personas visitan estos centros de conocimiento, porque se concentran en otros campos de interés como el entretenimiento y las nuevas tecnologías.
Marcos Fidel Vega Seña, Comunicador Social y Periodista, Magister en Educación, explica que son los jóvenes universitarios los llamados cambiar esta realidad. Al tomar la decisión de recibir la educación superior, demuestran que quieren un cambio en su vida en vías del conocimiento. Así mismo Vega Seña reconoce que principalmente es una serie de factores externos los que llevan al individuo a no leer, como la condición socioeconómica, las costumbres sociales y, sobre todo, falta de sensibilización.
La Licenciada en Español y Literatura, Olga Elena Calvo Londoño afirma que uno de los principales factores que inciden en los bajos índices de lectura es el ejemplo. En la cultura colombiana no se acostumbra a leer en familia. Los niños imitan las acciones de sus padres, pero los hijos de los colombianos no ven esto con frecuencia en sus hogares.
Otro factor que incide es el sistema educativo, pues desde las instituciones los profesores utilizan la literatura como un castigo; no enseñan a sus estudiantes a amarla, por lo tanto está mal proyectada, afirma la Licenciada Calvo Londoño. Para Carmona Garzón esto genera dificultades en la comprensión lectora; algunas se evidencian cuando los estudiantes ingresan en la universidad.
En ocasiones se culpa de los bajos índices de lectura a los dispositivos móviles, acusación que es incorrecta. Llegaron en un momento en que Colombia no estaba preparada para recibirlos. El colombiano tiene un problema de autoestima y el dispositivo móvil potencia todas sus cualidades por ello cuando hizo su aparición lo absorbió. Falta concientizar a la población de su uso; estos aparatos también pueden ser instrumentos para el conocimiento, aclara el Magister Vega Seña.
El profesor de la asignatura, Literatura Clásica, de la Universidad Católica Luis amigó, Carlos Suárez, intenta motivar a sus alumnos para que lean desde los dispositivos móviles. La lectura es un proceso que muta dependiendo de la época. Actualmente las pantallas se han integrado a la normalidad y es necesario buscar nuevas experiencias con la lectura, explica el docente. Para ello, él envía las lecturas de sus cursos en formatos que se puedan abrir desde los celulares. Es un trabajo constante del cual espera obtener buenos resultados.
Todos los casos tienen excepciones. Así como en las universidades se encuentran personas que generan cierto rechazo por la literatura, hay otros que se interesan por los temas y muestran una posición académica, ahondan en las lecturas y generan pensamiento crítico, explica el magister Carmona.
Promoción de la literatura
La Licenciada Calvo Londoño insiste en que el proceso de lectura empieza en el hogar. El ministerio de Educación ha implementado dos estrategias que ella considera, a largo plazo, darán buenos resultados: Leer es mi cuento y Mochilas Lectoras. La primera se aplica con estudiantes de la básica primaria. Empieza en casa; allí los padres leen a sus hijos 15 minutos diarios; de esta forma se genera ejemplo y amor por la lectura; el niño relacionara la lectura con un tiempo agradable y en familia.
La segunda consiste en adaptar un espacio de las aulas en las instituciones, de la forma más agradable posible. Allí se ponen libros estratégicamente. El estudiante puede leer en el salón o puede llevarse el libro a casa en una mochila con su nombre que está ubicada en ese espacio. Cuando termina el libro, escribe una palabra que le agrade del libro. La experiencia es tan amena que el alumno aprende a leer y a escribir sin darse cuenta del proceso.
Por otro lado, Calvo Londoño cree que aumentar el número de ludotecas contribuiría a relacionar la lectura con una buena experiencia. Las ludotecas son bibliotecas interactivas donde la persona lee y mientras lo hace juega, canta, baila, comienza a querer la literatura.
Un fenómeno que ha tomado fuerza recientemente es el de los escritores Youtuber. Vega Seña aclara que esto sólo puede representar un paso si promueve la cultura y el saber. Carmona Garzón, por su parte, considera que esto no es literatura, es entretenimiento, sólo empobrece la idea. Algunos lo hacen por su fama pasajera, no por amor al conocimiento, comenta.
Estos profesionales consideran que el significado de entretenimiento ha sido tergiversado por los medios de comunicación. Los eventos culturales también son entretenimiento e imparten conocimiento y tradición, pero a causa de los intereses financieros de los medios, no se les presta la atención que merecen.
La mayoría de estudiantes tiene sus ojos puestos en los medios; estos no promueven la intelectualidad; en algún momento para los jóvenes dejó de ser importante el conocimiento; ahora se centran más en cómo se ven, comenta el estudiante de Comunicación Social Juan Pablo Cárdenas Ruiz.
Subir los índices de lectura en Colombia significaría encaminar a la población hacia un mundo de libertad que sólo da el saber; hacerlo será una utopía si no se mejoran las condiciones de vida de todos los colombianos. “cómo alguien se va a preocupar por leer un libro ¿si no tiene con qué comer?” enuncia el Magister Vega Seña. La inversión en infraestructuras de las bibliotecas y eventos como la Fiesta del Libro, no darán sus frutos si no hay personas en óptimas condiciones sociales, que tengan resueltos los problemas básicos de la vida, para que tranquilamente accedan a estos escenarios.