Vapeo: ¿Humo sin fuego o incendio en tu salud?

Vapeo: ¿Humo sin fuego o incendio en tu salud?

6 de mayo de 2024

El crecimiento del uso de vaporizadores y cigarrillos electrónicos ha planteado importantes preguntas sobre su impacto en la salud pulmonar.

En los últimos años, los vapeadores han ganado popularidad como una alternativa aparentemente más segura al cigarrillo convencional. Sin embargo, la realidad es mucho más compleja si se tienen en cuenta los riesgos a la salud que implican los vapeadores. Existe mucho más detrás de lo que parecen ser inofensivas nubes de vapor.

Los vaporizadores o Vapers, como suelen llamarse, han cambiado la dinámica del consumo de sustancias en nuestra sociedad. Su  discreción y facilidad de uso ha atraído a una amplia gama de usuarios, principalmente adolescentes y adultos jóvenes, pero ¿a qué precio? El rápido crecimiento de la popularidad del vaporizador ha planteado inquietudes sobre su impacto en la salud pública. Los informes de casos de enfermedades pulmonares asociadas con el uso de dispositivos de vapeo han hecho cuestionar su seguridad.

Vapeador, vaporizador
Foto por: Sofia Amado Tren.
Lo que comenzó como una alternativa para salir del cigarrillo tradicional o moda para muchos, ha pasado, a convertirse, junto a muchas más, en una adicción socialmente aceptada, pero que al igual que las demás conlleva consecuencias para la salud.
Foto por: Sofia Amado Tren.

¿Cigarrillo, vapeador o nada?

El debate sobre las ventajas que presentan los vapeadores frente a los cigarrillos convencionales siempre ha estado sobre la mesa. De hecho, muchos jóvenes recurren a los vapeadores pensando que la falta de nicotina les exime de algún daño a la salud, sin embargo ¿es esto así? 

Juan Romaño, terapeuta respiratorio, explica que este imaginario se encuentra muy alejado de la realidad, “el vapor del cigarrillo electrónico incluye sustancias potencialmente peligrosas que en el sistema respiratorio generan hiperactividad, las cuales son absorbidas y llevadas a la sangre, causando un efecto de abombamiento, lo cuál genera efectos a mediano plazo como tos, dificultad para respirar, fatiga, secreciones; y largo plazo como cáncer de pulmón o fibrosis.

Es decir, los cigarrillos electrónicos generan las mismas alteraciones que los productos tradicionales, o incluso peores, al sistema respiratorio que los cigarrillos convencionales, fomentando la aparición temprana de enfermedades respiratorias irreversibles que normalmente se presentan en personas de 60 años, en  jóvenes de 30 o 40 años. Pero las consecuencias no se limitan al sistema respiratorio, sino también abarcan alteraciones en el corazón, riñones y el cerebro;  “los pulmones se ven afectados, pero también el corazón y los riñones, es un círculo vicioso entre estos 3 órganos explica Romaño. 

¿Adicción silenciosa?

Pero por qué conociendo todas las consecuencias ¿persiste el consumo? e incluso ¿porqué parece ir en aumento? La realidad es que existen muchas razones para el consumo de los vaporizadores, en los jóvenes, por ejemplo, influye mucho la presión social, el consumismo, la tendencia o moda, pero también recurren existen casos de personas con ansiedad que recurren a ellos en busca de controlar síntomas de otras enfermedades como la ansiedad.

Es el consumo periódico, al igual que con muchas sustancias legales e ilegales, el que desencadena la adicción a la misma. Esneider Quintero, psicólogo, explica que existe evidencia los vaporizadores desencadenan una adicción: “Las conductas adictivas tienen todas el mismo mecanismo de consolidación, existe algo llamado red de recompensa cerebral en el cuál todo lo que hacemos y nos agrada tendemos a repetirlo, por lo que si nos agrada consumir cualquier sustancia lo repetiremos en el futuro. Así es como se consolidan las adicciones”.

Las conductas adictivas tienen un impacto negativo en la salud mental, pues tienden a degenerar las funciones cognitivas superiores como lo es la memoria, el aprendizaje, la atención y llevar a un mayor desarrollo de las enfermedades mentales que se presentarán previamente, como la ansiedad el estrés, además de generar problemas emocionales.

En esto también influye mucho los componentes químicos de los líquidos que contienen  estos dispositivos, según el informe publicado por la American Cancer Society, es posible encontrar nicotina en la mayoría los vaporizadores, incluso en aquellos que mencionan no contener, la misma droga presente en los cigarrillos convencionales, además estudios han demostrado la presencia de compuestos volátiles, químicos tóxicos y formaldehído. 

Más que una moda, una epidemia

Hoy en día resulta evidente que los vaporizadores se han convertido en una epidemia silenciosa y normalizada en el panorama cotidiano, especialmente entre los jóvenes. Sara Marín, es estudiante universitaria y confiesa que aunque ya no consume, comenzó a hacerlo periódicamente bajo la influencia de sus amigos.

“A pesar de conocer los riesgos de usar el vapeador yo lo seguía haciendo porque sentía que me ayudaba a regular mis niveles de estrés y ansiedad en ciertas situaciones que tendían a elevarlos al máximo como los exámenes, presentaciones orales y ciertos entornos sociales, entonces recurría a vapear porque sentía me ayudaba a calmarme” explicó. Es esencial examinar con detenimiento qué impulsa a buscar alivio en estas alternativas y cómo se pueden tomar decisiones más conscientes sobre la salud y bienestar.

Aquello que una vez muchas personas consideraron una mejor alternativa al cigarrillo convencional se han visto nuevamente atrapados en el espiral de la adicción. Hoy es posible conocer cuales son las verdaderas consecuencias que esas seductoras nubes de vapor conllevan para la salud mental y física de quienes lo consumen. La solución no es la prohibición, sino un consumo responsable y consciente que invita a reflexionar, ¿qué tan dispuestos estamos a sacrificar nuestra salud por un alivio temporal? La elección se encuentra en nuestras manos, ¿cuál tomarás tú?

Escucha aquí la entrevista completa:

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