Cosmeticorexia: la búsqueda de la perfección convertida en obsesión

Cosmeticorexia: la búsqueda de la perfección convertida en obsesión

05 de noviembre de 2024

Tal vez ya viste esos videos que circulan en las redes sociales, especialmente en TikTok, donde las chicas más jóvenes nos muestran sus rutinas de cuidado de la piel, más conocidos como “Arréglate conmigo”.  Pero, ¿te has dado cuenta de algo? En muchos de esos videos, están usando productos como sérums con retinol, ácido hialurónico e incluso vitamina C, que son más propios para pieles maduras.

Esto no es solo una tendencia pasajera en las redes sociales; por el contrario, refleja un fenómeno más profundo conocido como cosmeticorexia, también denominada dismorfia corporal, la cual es un trastorno psicológico en el que las personas desarrollan una obsesión excesiva por los productos cosméticos para corregir supuestas imperfecciones físicas, teniendo serias consecuencias para la salud cutánea y autoestima, especialmente en los jóvenes. 

Marketing de la seducción

Es natural preguntarse cuál es la relación entre las redes sociales y este fenómeno. No obstante, estas agravan este trastorno psicológico al perpetuar la desinformación, lo que resulta en daños irreparables en la piel de miles de niñas y adolescentes. Según Wong M (2023), citado en la revista WIRED, “En su tiempo libre, las personas buscan información sobre el cuidado de la piel y productos de belleza”, generando una confianza desproporcionada en las redes sociales en comparación con los consejos de un dermatólogo.” 

Colombia se destaca como uno de los países de mayor crecimiento en la industria cosmética de América Latina, ocupando el cuarto lugar en ventas de productos de maquillaje y cosméticos según la ANDI. Este crecimiento se atribuye al aumento del interés de los consumidores por los productos de color, junto con factores como la mejora de la calidad de vida y la preferencia por marcas premium y de lujo. 

Pese a las advertencias médicas, las redes sociales se han llenado de información engañosa sobre los peligros del ácido retinoico y otros tratamientos dermatológicos. Así fue el caso de Sara Guerra Sánchez, una joven de 22 años que experimentó de primera mano lo que es sufrir quemaduras graves en la cara por seguir un “consejo” viral que ignoraba las precauciones necesarias. Este incidente resalta los peligros de la desinformación en línea, donde los mitos y rumores pueden llevar a consecuencias devastadoras para la salud y la seguridad de los usuarios. Es crucial verificar las fuentes y tener precaución ante cualquier recomendación médica que circule por las redes sociales.

Escucha el testimonio completo aquí:

La magíster en psicología Laura Carolina Jiménez sugiere que para combatir este fenómeno, es crucial controlar el uso de las redes sociales y realizar un detox del contenido que se consume habitualmente. Además, propone incrementar la autoestima mediante actividades que fortalezcan aspectos y cualidades de las personas más allá del aspecto físico.

La trampa de la belleza digital

Cada pocos minutos nos bombardean nuevos clips de influencers y celebridades luciendo perfectas y promocionando la última novedad en maquillaje o tratamientos estéticos.  ¿Alguna vez te has sentido tentado a comprar un producto cosmético después de ver un video en redes sociales? Con el auge del internet, este fenómeno ha sido constante, creando una imagen distorsionada de “belleza perfecta”. 

Sin embargo, es importante ser consciente de que esta práctica puede tener sus riesgos. La dermatóloga Vanessa Piquero advierte que la etiqueta de “influencer” a menudo se utiliza para que se recomienden productos, aunque en realidad estos no sean utilizados por dichas figuras. Incluso cuando lo son, muchas veces solo están promocionando productos por los cuales han sido pagados, sin tener en cuenta los efectos reales en la piel.

Plataformas como Instagram y TikTok desempeñan un papel crucial en la propagación de este fenómeno. Según el estudio Conectado Contigo realizado por Tigo y demás entidades, el 29% de los niños y niñas menores de 13 años en Colombia ya tienen una cuenta en redes sociales, donde el 62% de los encuestados afirma no contar con supervisión mientras navegan.

Estas plataformas están saturadas de filtros y herramientas de edición que distorsionan la realidad y promueven estándares de belleza inalcanzables; creando una presión sobre los jóvenes, quienes constantemente comparan sus apariencias sin ser conscientes de la manipulación visual detrás de esas imágenes.

En este contexto, se pueden observar ciertos contenidos en las redes sociales que promueven estas prácticas, evidenciando además una notable interacción en los videos.

La doctora Natalia Velásquez, vicepresidenta de la Asociación Colombiana de Dermatología Pediátrica comenta vía Instagram en la cuenta AsoColDerma, sobre la influencia que tienen las redes sociales sobre las prácticas cosméticas en las niñas y adolescentes, señalando la importancia de un acompañamiento familiar sobre las prácticas realizadas por sus hijos, así como tener una orientación adecuada con un dermatólogo, puesto que estos no necesitan mayores productos a menos que presenten alguna patología especial como acné.

La imagen convertida en enemigo

Imagina que cada vez que te miras al espejo, lo único que ves son imperfecciones. Esa pequeña espinilla y manchita que nadie más nota, se convierte en un motivo de angustia. Comienzas a aplicar capas y más capas de maquillaje, cremas, lociones en un intento desesperado por ocultarlas, solo para descubrir que empeoras las cosas aún más.  Poco a poco, tu autoestima se desmorona y evitas salir o relacionarte con otros, con miedo de las miradas ajenas sobre tu apariencia. Estas no son más que simples preocupaciones por la belleza; son síntomas de algo más profundo, es la realidad de quienes sufren cosmeticorexia. 

Valentina Bustamante Castrillón, de 19 años, compartió su obsesión por la perfección de la piel en su adolescencia. Ella recuerda cómo su búsqueda constante de mejorar la apariencia la llevó a probar diversos ácidos y productos dermatológicos no acordes a su edad o tipo de piel. 

“Es algo dismórfico, uno siempre quiere más y no está satisfecho, decidí ingresar a estudiar algo que tenía que ver precisamente con el cuidado de la piel, ahí empecé a aplicar un montón de cosas en la cara y la verdad en ese momento no las necesitaba. Luego tuve un brote muy horrible pero se me pasó y me di cuenta que mi autoestima dependía demasiado de cómo estaba mi piel, hasta el punto de no salir de mi casa si no estaba bien con ella” afirmó Valentina. 

Bustamante llegó a aplicar productos caseros en su rostro como crema dental, penca de sábila y clara de huevo. Con el tiempo y con ayuda profesional, su piel comenzó a mejorar, aunque con secuelas visibles. Actualmente, sigue un tratamiento para mejorar las secuelas, pero ha logrado superar su obsesión, aprendiendo a aceptar que la perfección no es real y que la piel tiene sus altibajos. 

Antes. Foto suministrada por la fuente.
Después. Foto suministrada por la fuente.

En un mundo repleto de desinformación y soluciones milagrosas para la piel, la dermatología se establece como una disciplina vital. Es en este contexto, las especialistas Livia Orduz y Vanesa Piquero, ofrecen una valiosa perspectiva sobre las consecuencias asociadas a diversos productos estéticos.

“Limpiar la piel, hidratarla y protegerla del sol, lo demás sobra” afirmó Vanesa Piquero.

Equilibrio entre belleza y bienestar

La cosmeticorexia no es un problema que se resolverá de la noche a la mañana, pero será importante iniciar conversaciones abiertas y educativas sobre este tema, promoviendo un mundo donde la belleza sea diversa, auténtica y, sobre todo, saludable. Estas son algunas recomendaciones:

  • Iniciar un proceso dermatológico

Iniciar un proceso dermatológico es como abrir una puerta hacia un nuevo capítulo de cuidado personal. Es importante recordar que los profesionales están altamente capacitados para responder cualquier pregunta o preocupación relacionada con la salud de la piel. Confía en su experiencia y orientación para encontrar las mejores soluciones para ti.

“La piel perfecta no llega porque no solamente hay elementos individuales genéticos sino que el elemento externo influye mucho, es decir si la piel está perfecta para que ponerle más, arreglarla o camuflarla, esto va ligado a la perdida de autoconfianza, autoestima”, Vanesa Piquero.

  • Enfocarse en buscar productos dermatológicos de calidad

Interroga los estándares de belleza poco realistas que se promueven en los medios de comunicación y en las redes sociales. Siempre trata de fijarte que sean productos dermatológicos de alta calidad, recuerda que en nuestra piel menos es más. 

  • Explorar las inseguridades y falencias en el amor propio

Al reconocer lo que te hace sentir insegura/o, puedes empezar a trabajar en superarlas y construir una identidad más fuerte y una autoestima más positiva. 

  • Buscar ayuda profesional en casos asociados con otros trastornos

Los expertos en salud mental desempeñan un papel fundamental en el abordaje de la cosmeticorexia, brindando el apoyo necesario para iniciar el camino hacia la recuperación y el bienestar. Si experimentas este trastorno, buscar ayuda profesional puede ser el primer paso hacia una vida más equilibrada y saludable. 

Para obtener más consejos y recomendaciones sobre el cuidado de la piel directamente de expertos, escucha aquí:

La cosmeticorexia es y seguirá siendo un fenómeno mundial, pero se debe reducir la tasa de población a la cual está afectando y esto solo se logrará con una responsabilidad social tanto de las marcas como del consumidor. Es necesario iniciar conversaciones abiertas y educativas, y buscar ayuda profesional de dermatólogos y expertos en salud mental cuando sea necesario.

Aunque las redes sociales no regulan adecuadamente el contenido, como usuarios se debe filtrar la información para evitar malas prácticas que dañen la piel. Al hacerlo, no solo se protege la piel, sino que también se contribuye a un entorno digital más seguro y consciente, por ello es crucial que como sociedad se reconozca y se enfrenta esta problemática, asumiendo una postura crítica frente al contenido en redes y a los estándares de belleza impuestos. ¿Estás listo para ser parte del cambio?

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