Acueductos no convencionales: respuesta comunitaria ante la ausencia del Estado

Acueductos no convencionales: respuesta comunitaria ante la ausencia del Estado

Por: Jair Alexis Echavarria, Juan Pablo Cano y Sara Villa

A lo largo de la historia, Medellín y sus municipios aledaños han enfrentado distintas problemáticas alrededor del agua. Un tema de interés común que han padecido ciertos sectores como es el caso de la franja media de la comuna 3, Manrique, donde pagan por un recurso de acueducto que no cumple con las condiciones completas de potabilidad.

Bello Oriente – Foto por: Jair Alexis Echavarría Naranjo

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Ante las dos formas tradicionales de abastecimiento –el agua comunal y la que ofrece EPM-, surge una alternativa observada en estos barrios: acueductos no convencionales, los cuales usan agua cruda. Así lo explica José Arnulfo Uribe presidente de la JAC en Bello Oriente: “Las aguas crudas son el rebozo que EPM destina para la cuenca Bermejala, luego de haber pasado por 20 mangueras que están pegadas a la salida desde María Cano, que abastecen todo este territorio”. Los sectores incluyen: Carpinelo, La Honda, María Cano Carambolas, Versalles, Bello Oriente, entre otros.

“Sabemos que estas aguas siguen estando contaminadas, según los informes, existe cruce, porque hay personas que tienen ambas, un mismo sistema para los dos recursos, ocasiona, no solamente que tu casa se contamina, sino las de todo el barrio porque los vectores viajan por esas tuberías indistintamente”. (José Arnulfo Uribe presidente de la JAC en Bello Oriente).

A pesar de las grandes inversiones anunciadas por EPM en protección hídrica y modernización de acueductos, la solución a este problema en Manrique requiere una intervención institucional integral que combine la extensión de las redes convencionales con un proceso educativo sólido. Solo así se podrá erradicar el riesgo sanitario y cumplir con el derecho al acceso al agua potable para todos los residentes de Medellín.

Foto por: Jair Alexis Echavarría Naranjo

Según información oficial difundida por EPM, la modernización de plantas beneficiará al 45% de los usuarios del Valle de Aburrá por 50 años más. La inversión supera los $600 mil millones en 2025 y busca asegurar la calidad y continuidad del servicio, beneficiando alrededor de 703 mil hogares del norte y centro-oriente de Medellín, además de Bello, Copacabana y Girardota.

Las interrupciones programadas en octubre de 2025, necesarias para la modernización de las plantas, afectaron temporalmente a más de un millón de personas. Para mitigar el impacto, EPM dispuso de 58 rutas de carrotanques y, por primera vez, distribuyó agua potable por medio de 20 hidrantes de servicio temporal.

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Sector con una población de 162.374 habitantes según la ficha de caracterización de Medellín, 2019. Imagen: «Catálogo de Mapas», Alcaldía de Medellín.

Acueductos no convencionales

Los acueductos no convencionales iniciaron de manera gratuita. Posteriormente debido al uso excesivo de agua, se instaló un sistema que funcionaba por medio de la Junta de Acción Comunal, los medidores comunales distribuyen agua a un precio establecido que es pagado de manera conjunta por los habitantes de la zona. Sin embargo, siguen siendo aguas crudas, lo que compromete la salud de entre 15 y 20 sectores que descienden desde el barrio Carpinelo.

Diana Celis Ochoa, directora del centro solidario de Carambolas, menciona que el territorio necesita, además de una intervención técnica, acompañamiento pedagógico por parte de las entidades. La comunidad ha normalizado el uso dual del sistema —que consiste en combinar aguas crudas con potables— a lo largo de los años, sin comprender plenamente los peligros que esto conlleva. Un proceso educativo que promueva la conciencia sobre el derecho al agua, la salud pública y la gestión responsable de los recursos es indispensable para lograr una transición hacia un consumo seguro.

Infografía: Puntos claves para entender los nacimientos de agua. Por: Sara Villa

Mientras las entidades trabajan en formalizar las conexiones a través de programas como “Unidos por el agua” —cuyo objetivo es mejorar la calidad de vida de 50.000 familias de los estratos 1, 2 y 3 de Medellín, dentro de los proyectos estratégicos sociales del Plan de Desarrollo Distrital “Medellín Te Quiere 2024-2027″—, la comunidad no espera: organizaciones sociales exploran la cosecha de aguas lluvias con el apoyo de la Universidad Nacional de Antioquia y una universidad de Edimburgo.

El reto consiste no solo en asegurar el acceso al agua potable, sino también en transformar las prácticas establecidas alrededor de la escasez. Sin pedagogía, compromiso institucional y participación comunitaria, los acueductos no convencionales continuarán siendo un símbolo de desatención más que una respuesta sustentable.

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