Autopublicación, una nueva alternativa

Por: Jonathan Cuartas, Camilo Beltrán, Juliana Gómez e Issa Katherine Bolivar

Una de las principales novedades que dejó la decimosexta versión de la Fiesta del Libro y la Cultura en Medellín, fue el Primer Salón de Autopublicación, un espacio pensado como una alternativa para aquellos escritores que, luego de haber publicado sus obras por cuenta propia, no encuentran fácilmente una manera de venderlas. 


Y es que muchos escritores emergentes no cuentan con la posibilidad de acceder a una casa editorial, o simplemente desean publicar sus piezas literarias de forma independiente, lo cual puede ser un reto a la hora de comercializar sus producciones. La propuesta del stand consistía en invitar y apoyar a personas que quisieran conocer la textura de un libro o quienes incluso ya los han escrito, pero aún no han conseguido publicarlos. 

Al respecto Camilo Defex, uno de los organizadores del Salón de Autopublicación y cofundador de la casa editorial Mutantes, se refiere:

Además, habla sobre la importancia de un espacio pensado para los nuevos autores a quienes les puede ser más complejo vender un libro a diferencia de otras obras literarias: “Siempre el problema es dónde los venden; por ejemplo, en el caso de los fanzine, los suelen vender en ferias, en la calle o universidades, pero con los otros libros es más difícil”. afirma.

Él es también uno de los escritores beneficiados de este stand, pues entre las muestras se encuentra su libro “Cuarta dimensión a la derecha”, que contiene distintos cuentos de ciencia ficción y una novela corta. 

Mutantes es la librería que dio vida a esta iniciativa que fue protagonista en la edición 16 de la Fiesta del Libro y la Cultura. Fue fundada hace cinco años por Camilo Defex y Laura Henao, también organizadora del stand, con el objetivo de convocar a los lectores en un espacio en torno a los libros. El Salón de la Autopublicación también ofreció actividades experimentales para el público, como una máquina de escribir donde los asistentes improvisaban cartas, postales o mensajes de forma clásica a cambio de un aporte económico voluntario.

Para Laura es importante que se le dé un lugar a la autopublicación: “Siento que es importante que, en medio de un lugar tan institucional en Medellín, se le de un lugar a algo que se mantiene al margen, aunque no siento que las producciones que se mantienen al margen de, quieran un lugar en la institucionalidad, no creo que funcione de ese modo. Pero me parece útil que en los espacios institucionales se puedan ver que hay otras muestras u otras cosas ocurriendo, y se les abra una ventana para que la gente pueda asomarse a algo que es poco usual y desconocido”.

Más de cien libros se ofertaron en el Salón de la Autopublicación, reflejo de la diversidad de autores y autoras que componen un conglomerado de nuevos escritores. Claudia Vélez es una de las autoras y editoras que entre las adversidades encontró la posibilidad de producir su primer libro llamado “Por qué no debes amar a un hombre casado”, una obra que contiene varias historias sobre relaciones sentimentales fallidas, donde se relatan varios acontecimientos presentados a diferentes mujeres, todas con situaciones similares.

Claudia Vélez menciona un poco sobre cómo fue su proceso al autopublicarse. 

Distintas actividades nutrieron el ambiente que se vivió en la feria y, en especial, en el Salón de la Autopublicación, entre ellas se destacaron algunas de las más ingeniosas y fuera de lo común, como escribir poesía en billetes, con el fin de darles un valor agregado, eligiendo algunos textos de autores y autoras para apoyar e incentivar sus producciones y valorar más sus libros.

En la Fiesta también hubo lugar para las editoriales independientes que han ganado protagonismo gracias al volumen de piezas literarias emergentes y de gran calidad que albergan en sus estantes, pues una de las características que las distinguen, es la forma en la que tamizan las publicaciones, siendo ellas mismos quienes deciden qué se publica y por qué, basados en la calidad de los textos, la novedad de sus autores y la cantidad de textos que pueden publicar.

‘Rey Naranjo’ es una de las editoriales independientes que sigue este principio, que busca, entre otras cosas, darle más fuerza al mundo editorial en Colombia, así lo explica Daniela Maecha, la asistente editorial de esta casa, quien señala a propósito el gran aporte al sector de los nuevos escritores.

De este mismo estilo existen muchas otras casas editoriales colombianas que no solo le apuntan a la producción y distribución de obras autóctonas, sino que además las reciben, convirtiéndose en nuevas opciones para que los escritores que se autopublican puedan venderse. Dentro de este mercado que parece crecer con fuerza, se puede encontrar una buena variedad de géneros, formatos y nuevos autores; casas editoras como ‘Valija de Fuego’, ‘Imprenta Comunera’, ‘La Bruja Riso’, son algunas de las que han acogido las autopublicaciones. 

Otra de ellas es ‘Huracán’, un colectivo de editoriales que llegó bajo el eslogan LeaGonoLea, que entre su inventario cuenta con un título de autopublicación llamado “Conversaciones con mi gata”, de la autora Olga Lucía, y que tuvo muy buena acogida, al agotarse en dos ocasiones en el stand. El texto resulta ser muy atractivo por tener una temática de animales, por sus reflexiones, el apartado didáctico que contiene y la calidad del libro en general, según señalan sus vendedores.

Así mismo, se pueden encontrar editoriales como ‘Veinte Por Dos’, que se enfoca más en otros formatos de autopublicación como los fanzines, que ya se han logrado posicionar más en el sector. Algunas también se expanden a nivel internacional, como por ejemplo ‘Eloísa Cartonera’, que también publica contenido independiente de escritores extranjeros.

Dentro de este “bajo mundo” del sector literario, se encuentra todo un universo gracias a la autopublicación y las casas editoriales independientes, con tantas posibilidades como las que ofrecen los líderes de esta industria. Es latente la necesidad de que los nuevos escritores y las autopublicaciones sean tenidos en cuenta, puedan ofrecer al público sus letras y así poder seguir fortaleciendo la industria editorial colombiana.

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