Teatro La Parla en el Alto Baudó: un festival de artes para la paz y la memoria

Teatro La Parla en el Alto Baudó: un festival de artes para la paz y la memoria

27 de noviembre de 2024

Por: Valeria Gutiérrez Bustamante y María Camila Madrid Henao

Alto Baudó: diversidad y desafíos

El Alto Baudó, un territorio donde se fusionan la naturaleza y la cultura, es también un lugar donde la violencia y la explotación de los recursos naturales marcan la vida diaria. Los grupos armados, como las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, tienen una fuerte presencia en la región, imponen su poder sobre las decisiones de la comunidad. La infraestructura y las vías de acceso son limitadas, lo que obliga a la población a depender del río Baudó como único medio para transportarse y recibir servicios básicos, como medicamentos y atención médica.

La presencia de comunidades como la Emberá, que conviven con otras culturas, enriquece la diversidad del territorio, sin embargo, pone de manifiesto los desafíos socioeconómicos y la falta de acceso a oportunidades de desarrollo.

Foto por: Valeria Gutiérrez

En este contexto, la llegada del festival de La Parla representó un respiro para los niños, jóvenes y adultos de Pie de Pató, quienes pudieron disfrutar no solo de presentaciones artísticas, sino también de espacios de formación y expresión.

La Parla es una organización de teatro social fundada en 2019 en la comuna 13 de Medellín. Desde sus inicios, ha sido un espacio de formación para más de 300 jóvenes en disciplinas como performance, dirección escénica y dramaturgia. Con un enfoque que integra los principios de paz, justicia restaurativa y reparación simbólica, La Parla lleva su trabajo artístico a diferentes territorios vulnerables, y genera procesos transformadores a través del arte.

Foto por: Valeria Gutiérrez

En 2023, gracias a Don Manuel, un contacto clave, la organización logró realizar su “Festival de Artes para Sobrevivientes y Responsables de Hechos Dolorosos” en el Alto Baudó, Chocó, una región marcada por la diversidad cultural, además de la violencia y el abandono estatal. Este año, la meta era regresar con una programación ampliada y un enfoque especial hacia las comunidades Emberá Katíos y una mayor participación de los jóvenes del territorio. El 23 de octubre, nueve integrantes del equipo de La Parla emprendieron un largo viaje de 24 horas desde Medellín hasta Pie de Pató, en el Alto Baudó, con la misión de llevar arte, cultura y esperanza.

El Festival: en encuentro con el arte y la memoria

El festival que tuvo lugar durante 9 días, ofreció una programación variada que incluyó talleres artísticos, representaciones teatrales, cine comunitario y activaciones culturales.

El objetivo además de llevar entretenimiento, generar espacios de formación en diversas disciplinas como danza, circo, cine y máscaras, todo esto enmarcado en los temas de memoria histórica, paz, justicia y reconocimiento.

El equipo de La Parla presentó tres obras teatrales que se convirtieron en vehículos de reflexión para la comunidad: “El lobo que pidió perdón”, “Sueños divertidos” e “Im-posible”. Cada una de estas obras abordó temas cruciales como el perdón, la imaginación y la resiliencia, buscando generar un espacio para la sanación emocional y el entendimiento mutuo.

Además, el cine comunitario fue una de las actividades más esperadas. Durante dos noches, los habitantes del Alto Baudó disfrutaron de películas para niños y para jóvenes, con una asistencia que superó las 150 personas en cada función. Además, gracias a un enlace territorial la organización pudo presentar una de sus obras de teatro en una comunidad Embera Katio, en donde no se utilizaron palabras, solo gestos para representar el poder de los sueños.

Metas superadas: de los regalos a la comida

Una de las tradiciones de La Parla es la de establecer metas concretas para cada edición del festival. En 2023, el objetivo fue llevar 200 regalos navideños para los niños y niñas de la región. Para 2024, la meta fue aún más ambiciosa: entregar 300 alimentos a la comunidad, incluidos perros calientes, obleas y dulces.

Al principio, la organización dudaba de cumplir con este desafío, sin embargo al momento de hacer el conteo final, la sorpresa fue grande. No solo se cumplió la meta, sino que se superó: fueron transportados 400 perros calientes, más de 2.500 obleas y una gran cantidad de dulces a través del río Baudó, brindando alegría a todos los niños y jóvenes del territorio.

El impacto del festival fue profundo, a lo largo de los días, la organización también trabajó en el fortalecimiento organizacional de la Corporación Mangucha, una iniciativa local nacida gracias al apoyo de La Parla, que realiza actividades en Pie de Pató. La colaboración con esta corporación permitió consolidar un trabajo de largo aliento en el territorio, que continuará más allá del festival.

Fotos por: Valeria Gutiérrez

El teatro como puente de esperanza

La Parla cree firmemente en el teatro como puente, como una vía para sanar, entender y transformar realidades. El “Festival de Artes para Sobrevivientes y Responsables de Hechos Dolorosos” en el Alto Baudó no solo fue una fiesta de arte y cultura, sino un acto de reconocimiento y memoria, un espacio para la reconciliación y la construcción de paz. La experiencia dejó una huella profunda en todos los involucrados, y la organización reafirma su compromiso de seguir llevando el arte a los territorios más olvidados, donde el poder transformador de la cultura puede contribuir a la sanación y al entendimiento entre pueblos diversos.

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