Por: Juliana Gómez Cañaveral , Camilo Esteban Beltrán Sánchez
Partiendo de la definición de la OMS, sabemos que la “salud mental” es la percepción del individuo en cuanto a su bienestar biológico, psicológico y social, proponiendo un estado de homeostasis, en el que el sujeto pueda satisfacer las necesidades fisiológicas, de seguridad, afiliación, de reconocimiento, y alcanzar la autorrealización.
Según la Org American Psychological Association (APA), la salud mental “es la forma en que sus pensamientos, sentimientos y conductas afectan su vida”. Partiendo de esto, la buena salud mental implica una correcta percepción de sí mismo, y a su vez, a relaciones interpersonales seguras y satisfactorias.
Debido al problema que trae la desinformación, ha habido una estigmatización importante alrededor del concepto de salud mental. Desde este punto, cabe hacer una diferenciación significativa entonces entre el concepto de trastorno mental y problema mental: el trastorno son una serie de pensamientos, emociones y comportamientos aversivos que van en detrimento de la calidad de vida del individuo, viéndose afectadas las habilidades sociales e individuales. A su vez, los problemas mentales son dificultades para resolver situaciones de la vida, que no tienen una influencia significativa sobre las capacidades del sujeto, por lo que no requieren un tratamiento psicológico y/o psiquiátrico.
De la depresión y la ansiedad se desprenden una amplia gama de trastornos específicos. Puntualmente, los trastornos depresivos tienen una característica común, y es que existe presencia de un estado anímico vacío, triste o irritable, y que a su vez vienen acompañados de una serie de modificaciones físicas y cognitivas que alteran la calidad de vida y la capacidad funcional. Del trastorno que más se habla es el trastorno depresivo mayor.
Por su parte, los trastornos de ansiedad tienen como característica común y fundamental la anticipación. Es decir, el miedo es una respuesta ante una situación inminente, real o imaginaria, que activa las funciones corporales para defenderse o huir en situaciones específicas. A su vez, la ansiedad es esta respuesta anticipatoria ante una “amenaza venidera”, suscitando tensión muscular, hipervigilancia, y comportamientos evitativos en torno a esos peligros en futuro. Se puede hablar de ansiedad cuando el temor pasa a ser exacerbado y tiene una duración prolongada en el tiempo. También, es de vital importancia hacer las observaciones sobre dichos temores alrededor del contexto del individuo.
El Psicólogo Mario Cuartas, egresado de la Universidad de Antioquia, menciona, “se trata de hacer un trabajo muy riguroso con el tema de la ansiedad y depresión en los jóvenes”. Desde su posición como profesional siempre ha considerado como riesgoso hacer un mal diagnóstico en cuanto a algún trastorno que padezca el paciente. Y es lo que viene sucediendo hace muchos años. De hecho, estamos hablando de ansiedad y depresión como si esto fuese una epidemia, e incluso, empiezan a reinar los autodiagnósticos basados en opiniones de gente que es totalmente ajena al trabajo psicológico/psiquiátrico (“Es que mi mamá hacía eso”, “Es que yo creo tal cosa”, “Es que yo vi un programa”), e incluso, por publicaciones en redes sociales donde nunca se cuestiona por la procedencia de las mismas.
El profesional también menciona
Adicional, nos encontramos en una era digital en donde las redes sociales afectan un montón la salud mental , Manuela González nos menciona.
Actualmente, existe algo que llama la New Age, según Aciprensa trata de recoger elementos de las religiones orientales, el espiritismo, las terapias alternativas, la psicología trans-personal, la ecología profunda, la astrología, el gnosticismo y otras corrientes. Los mezcla y los comercializa de mil formas, proclamando el inicio de una nueva época para la humanidad.
En esta nueva era se encuentra, la gente está muy interesada en sanar y siento que con buena intención puede ayudar un montón; sin embargo, esto no omite en ningún momento el proceso psicológico, que actualmente es lo que se está haciendo.
Catherine Jaramillo, desde su experiencia, relata “Para mí es absolutamente necesario ir a terapia, pero también es cierto que para todas las personas no funciona igual, hay personas que han encontrado sanación en el arte, en los podcast o simplemente por experiencias. Sin embargo para mí si es necesaria la terapia”.
Este tipo de terapias individuales son complementos de autoayuda, pero esto no reemplaza la ayuda de personas especializadas.
De acuerdo a eso, Manuela González menciona.
La ansiedad o la depresión son emociones o sentimientos reprimidos que nunca supimos canalizar. Nuestro sistema nervioso central colapsa cuando estos son ignorados, por eso creo que cuando una vida laboral o estudiantil te absorbe, se crea riesgo psicosocial que puede desencadenar este tipo de enfermedades, Por esta razón la salud mental debe ser una de las prioridades más grandes del ser humano, ya que si tu mente no funciona, no funciona el resto de tu vida.