En el barrio Brasilia se juega y se recrea por y para la vida

Johana Suaza

Aunque algunas personas consideran que aprender o enseñar fútbol es correr y patear una pelota, el Club Deportivo Barrio Brasilia, tiene la certeza de que  esto es solo un medio y no el fin mismo.


Promover la formación y la cultura es el lema adoptado por la organización, esta premisa tiene más su soporte “en lo pedagógico que en lo competitivo”; cuenta con más de 360 familias, como lo informó el comunicador social, José Fernando Londoño Mejía, asesor del Club Brasilia.

Esta entidad, sin ánimo de lucro, busca fomentar el interés entre niños y jóvenes por el estudio en la Comuna 4 e incluso, de otros lugares de la ciudad. Se encarga de orientar y ofrecer estrategias de formación y los motiva a seguir un modelo de vida saludable, libre de drogas y de violencia. Además, capacita a los padres en temas como planificación familiar, liderazgo, habilidades para la vida y la orientación sicológica.

La iniciativa utiliza una metodología basada en talleres formativos, charlas, torneos deportivos para los padres e integraciones de la comunidad.

‘’Estas actividades funcionan como un complemento para la formación personal y la contribución del trabajo físico y técnico que se realiza en el Club’’

afirma Londoño Mejía.

El Instituto de Deportes y Recreación  de Medellín, INDER, le otorgó en el 2008 el  reconocimiento deportivo al Club Barrio Brasilia. Además de brindar asesorías, capacitaciones y auxilio en materiales, este instituto realiza también varios proyectos en la comuna: recreaciones en ludotecas, actividades físicas para adultos y adultos mayores y el proyecto de escuelas populares del deporte, estrategias que apuntan a la convivencia ciudadana y al desarrollo por medio de la formación deportiva.

Factor transformador de sociedad

Según Jahir Castaño, “se han tenido en cuenta aspectos como los valores organizacionales: respeto y trabajo en equipo. También se analiza el entorno para identificar problemáticas que afectan a los deportistas, a los padres de familia y a los profesores”.

Alexander Macías González, gestor territorial del INDER Medellín, y encargado por parte del Instituto, de la Comuna 4, resaltó la integración entre familias, jugadores y personal del Club. Se consideran una familia, aunque “es difícil porque muchos padres no se interesan o no tienen la disponibilidad de tiempo”.

Como suplemento con las acciones institucionales, psicosociales y comunicativas, el Club realiza un seguimiento al rendimiento académico de niños y jóvenes, para monitorear la disciplina deportiva y académica para el desarrollo integral. “Empezamos un proceso con el joven; tratamos de ayudarle; de que entre los mismos jugadores se colaboren; lo remitimos al sicólogo del Club y tenemos la virtud de decir que por estas ayudas, muchos jóvenes no han perdido sus años académicos”, expresó con orgullo Alexander Macías, quien además, es entrenador del Club.

De esta manera, el Club infunde en cada integrante el por el deseo por la práctica del deporte y el amor al progreso de la zona y el desarrollo personal, de las familias que participan en este proyecto.

En la voz de sus protagonistas

Sorelly Hernández Vallejo es la mamá de Camilo Rúa Hernández, integrante del Club Brasilia. Para ella, que su hijo haga parte del proyecto de formación ha sido muy gratificante porque “le ha dado mucha disciplina; él sabe que debe esforzarse mucho en sus estudios y en cuanto a la familia, se comparte mucho porque salimos todos a verlo jugar”.

Además, está totalmente convencida de que los jóvenes que participan de proyectos como este, “piensan diferente y ven la vida llena de oportunidades”. Factor que es determinante para mejorar las condiciones de vida de este grupo de niños.

“El acompañamiento de la familia es primordial”,  afirma la sicóloga Adriana Astrid Zapata Zapata y comenta que para que la integridad de un joven no sea vulnerada por la violencia y las drogas, se debe “hacer un entrenamiento en diferentes temáticas como: valores ciudadanos, liderazgo y habilidades para la vida”. También resalta que el adolescente debe integrarse “a un deporte, ejercicio, recreación y hábitos saludables”.

Sebastián Flórez Vélez, es un joven que encontró en el Club las herramientas para tomar otras decisiones diferentes a las que le proponía su entorno. Cuando tenía 14 años fue acogido por el proyecto del Club Brasilia, y participó como jugador hasta el año 2011. Luego le dieron la oportunidad de ser auxiliar de entrenamiento, lo cual marcó su vida de manera positiva. A lo que comenta “Yo me veía en otra cosa y gracias al Club me di cuenta que el estudio era lo más importante, que es primero la persona íntegra”.

Ahora hace parte de la elaboración de los talleres formativos que fortalecen el liderazgo, la comunicación asertiva y el camino hacia el éxito. Para él son “lo más importante, porqué desde ahí se está construyendo una persona ganadora en todos los aspectos”.

Es así como se crea y mantiene una responsabilidad social con la comunidad usando el deporte como medio en pro del desarrollo humano.