Comuna 13: realidades ocultas entre esculturas y graffitis
Abril 02 de 2024
El sábado 9 de marzo del 2024, acompañada de uno de mis amigos, decidí visitar la comuna 13, específicamente el sector de las escaleras eléctricas, ubicadas en los barrios Las Independencias y 20 de Julio, en San Javier. Tenía el propósito de conocer las esculturas que se han inaugurado en los diferentes miradores de la comuna, no obstante la sorpresa fue otra.
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Esta vez, a diferencia de mis visitas anteriores la sensación al llegar fue diferente, abrumadora. Al poner un pie fuera de la estación del metro, tres personas diferentes se nos acercaron a ofrecer sus servicios de guías turísticos en inglés y en español. La música de diferentes parlantes que parecían competir por cuál hacía más ruido, y la cantidad de ventas ambulantes, fueron suficientes para saber que ahora todo es diferente. La comuna ya no le pertenece a los paisas, le pertenece a los de afuera, los extranjeros.
Al bajarnos del bus que nos dejó en la zona de las escaleras eléctricas, la sensación fue aún peor. Comerciantes ambulantes ofreciendo souvenirs de todo tipo se nos acercaron. Camisetas de Karol G, gorros y cachuchas con frases típicas de la jerga paisa como “mor”, cuadros de Albert Einstein fumando marihuana, y una amplia oferta gastronómica, fue lo primero que nos encontramos al iniciar nuestro recorrido.
Me pareció irónico que una comunidad tan afectada por el narcotráfico y el auge de la violencia derivada principalmente de las actividades de Pablo Escobar, incluya en los souvenirs que ofrecen al público camisetas, gorras, pines, destapadores e imitaciones de una cédula de ciudadanía con el rostro del narcotraficante.
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Esculturas en los miradores, la nueva atracción
Tratando de evadir la incomodidad evidente en nuestros rostros, continuamos el recorrido con la primera parada en mente: el mirador Origen en el que se encuentra la escultura más nueva, la Pachamama. Al llegar nos encontramos con una fila de al menos 10 personas esperando para ingresar. La entrada tiene un valor de $10.000, este monto da acceso a la terraza donde los visitantes pueden tomarse fotos con la escultura y la ciudad de fondo.
Además de la Pachamama, nos encontramos también con el mirador Las Manos de la Bichota. Las esculturas de este son dos: un par de manos y una mano sola. Las primeras forman un corazón, y la mano sola, de color fucsia parece señalar a la ciudad con sus largas uñas verdes. El ingreso a este mirador también tiene un valor de $10.000.
En la Comuna 13, Medellín, Colombia, yace una escultura Pachamama, de los artistas Jorge Jaramillo y Juan David Escandón, hecha de alrededor de 1,500 piezas impresas con 20 impresoras de tecnología 3D de bajo formato.
— Noticiero El Salvador 🇸🇻 (@NoticieroSLV) March 7, 2024
La diosa de los pueblos ancestrales andinos mide 5.5 metros… pic.twitter.com/OqdunsIzgj
La plata sube en escaleras
Antes donde había un espacio lleno de resiliencia, cultura y conmemoración; la música a todo volumen, las ventas y los bares, se apoderaron del lugar creando el centro turístico más grande de la ciudad. Parece que atrás quedó el sentido a todo el proceso de conmemoración a las víctimas y a los tiempos de violencia. En la zona de las escaleras casi no hay viviendas, a ambos lados de la calle solo se encuentran diferentes tipos de negocios. La 13 se ha convertido en un lugar con miras netamente económicas, la guerra del que más pueda vender.
La privacidad de los habitantes de la zona también se ha perdido, algunos turistas los fotografían como si ellos también fueran parte de la atracción, especialmente a los niños que juegan despreocupados. Además, es notoria la diferencia en los precios de productos como botellas de agua en diferentes partes del barrio, entre más cerca a las escaleras, más sube el precio.
Valeria, amiga y habitante de la comuna, me ha expresado en diferentes momentos cómo se siente respecto a lo que sucede con su barrio y cómo el turismo finalmente solo deja beneficios económicos para algunas personas. Por esto, aproveché para preguntarle sobre las esculturas y qué cree que le aportan a su comunidad.
La situación de la 13 en la actualidad
Luego de caminar un rato cansados del ruido y la cantidad de personas, terminamos por retirarnos a uno de los miradores más apartados, donde solo un par de habitantes del barrio tomaban ron. Con el desorden a nuestros pies y la vista de la ciudad, no pude evitar preguntarme qué era ahora de las bandas delincuenciales que antes tenían el control del territorio. Con una búsqueda rápida en internet descubrí que todo al parecer sigue igual, solo que ahora de forma somera, cubierto en graffitis, música y baile.
Desde vacunas a comerciantes, grafiteros y guías, pasando por robos a turistas y locales, hasta asesinatos (5 en lo que va del año, reportados hasta el 29 de febrero de 2024), la situación de seguridad que se vive en la comuna es tensa y la calma superficial.
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Durante el 2023, la inseguridad alcanzó un nivel tal, que un líder social incluso propuso la idea de “un grupo privado de seguridad ciudadana”. Sin embargo, esto generó alarma entre parte de la población al revivir el fantasma de grupos armados como las convivir. La polémica propuesta hecha por Willington Cano, se da a raíz del asesinato de otro líder social y del joven Alexis Gómez de 15 años, solo en cuestión de meses.
También se reporta el retorno de las llamadas “fronteras invisibles”. De acuerdo con algunos habitantes, los grupos La Agonía y El Coco, volvieron a enfrentarse por el control territorial. Los integrantes de ambos grupos tienen prohibido transitar por algunas calles de la comuna. Esta situación incluso a comenzado a afectar a los camiones que surten a los diferentes negocios de la zona.
Además, según la Personería Distrital de Medellín, la comuna que registró la mayor cifra durante el 2023 de desplazamiento forzado intraurbano fue la comuna 13, con 403 personas de 100 familias.
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La realidad de otros
De regreso en mi casa ubicada en un barrio tranquilo y silencioso, me sentí como una turista más. Mientras que los habitantes de Las Independencias y el 20 de Julio no pueden evitar el ruido y los visitantes, los turistas y yo tenemos algo en común; solo nos enfrentamos a esto de forma voluntaria durante unas horas antes de regresar a nuestros hogares.
¿Cuánto tiempo pasará para hasta que la paz en la comuna 13 deje de ser una utopía?