La discapacidad cognitiva no es una barrera en el desarrollo personal, social y laboral para los jóvenes. Diferentes instituciones les brindan opciones de empleo, pero faltan más.
Nelson Miranda es un joven con discapacidad cognitiva; es decir, su capacidad de adaptación a nivel intelectual, social y escolar presenta dificultades. Discapacidad cognitiva o discapacidad intelectual son las nuevas formas de nombrar hoy a lo que antes se llamaba “retraso mental”. En el caso de Nelson, se trata de una discapacidad leve, lo que significa que con ciertos apoyos él puede ser funcional en las distintas esferas de la vida cotidiana. Este joven egresó de la Institución Maestro Guillermo Vélez Vélez de Medellín en el año 2010 y se encuentra, desde hace seis años, trabajando en Almacenes Éxito como empacador.
Nelson es una persona de treinta años que no domina las competencias básicas de lecto-escritura; además, presenta dificultad con el lenguaje verbal. Sin embargo, esto no ha sido una barrera para él, pues ha desarrollado de manera especial habilidades de memoria visual, lo que le facilita guiarse por colores y números. Desde su vinculación con el Éxito, Nelson ha podido ayudar a solventar las responsabilidades económicas en su familia, conformada por su madre y una sobrina de dos años.
Almacenes Éxito S.A. cuenta con un Programa de Atención a Población Vulnerable, a través del cual los jóvenes con discapacidad pueden realizar sus prácticas laborales e incluso vincularse a la empresa. En 2014, se graduaron como auxiliares de logística en almacenes de cadena 18 personas con discapacidad cognitiva leve, siete de ellas ya están vinculadas a la compañía. También Alkosto implementó un modelo de responsabilidad social en el que incluye a personas con discapacidad en su personal y contribuye al mejoramiento de la calidad de vida de sus empleados. Esta cadena de almacenes ha sido pionera en la inclusión de personas en situación de discapacidad pues tiene claro que “las estrategias para aportar al desarrollo deben darse tanto a nivel empresarial y tecnológico, como a nivel social y humano”, así lo manifiestan en su libro “La magia de la diferencia“, publicado en el año 2010.
Estrategias educativas especiales
Los esfuerzos de instituciones como el Sena, Inder, Secretaría de Educación, Secretaría de Bienestar Social y Familia y el Pacto de Productividad del municipio de Medellín, entre otros aliados, posibilitan la vinculación de estos jóvenes a las empresas, pues apuntan a sensibilizar a las organizaciones y a hacer ajustes razonables en la ruta de atención de las agencias de gestión de empleo. Es decir, que toda persona se pueda presentar a la entrevista de trabajo, teniendo la oportunidad de pasar de acuerdo a sus competencias y que no sea rechazado por su discapacidad, de modo que se evalúen sus competencias para desempeñar la función.
Sin embargo, estas alianzas no han sido completamente exitosas. Si bien los jóvenes logran acceder a un empleo, nadie garantiza su estabilidad, como en el caso de Yéssica Ruiz Zuluaga, una joven de veintinueve años de edad, egresada de la Institución Maestro Guillermo Vélez. Ella fue camarera y recepcionista en una compañía de ingenieros. Allí trabajó aproximadamente cinco meses, pues aunque realizaba bien sus funciones nunca hubo un clima organizacional adecuado para ella. Se presentaban actitudes de rechazo por parte de sus compañeros de trabajo, lo que llevó a la joven a renunciar a su empleo.
Al respecto, Maribel Pérez Restrepo, trabajadora social de la Institución Maestro Guillermo Vélez Vélez, asegura: “Se realizó el respectivo proceso de sensibilización empresarial”. Este proceso consta de talleres de comunicación a los empleados para una correcta relación con personas en situación de discapacidad. También realiza una encuesta a la pirámide organizacional, correspondiente al 10 % de la población total de la empresa y por último se diagnostica si la empresa está preparada para recibir a personas con discapacidad y de qué tipo.
A pesar de esto, la empresa no fue lo suficientemente receptiva y en el proceso de acompañamiento no mostró mayor disposición para acoger a Yéssica. “Lo bonito con Yéssica es que nos demostró que en el ser, ella había logrado ganar autonomía e independencia en saber qué quiere, qué le conviene y qué no”, dice Maribel Pérez; pues la formación de estos jóvenes no solo apunta al ámbito laboral, sino a su desarrollo como persona.
Panorama Colombiano
Según cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), el 6,4 % de los ciudadanos tiene alguna discapacidad, es decir, más de tres millones de colombianos. De esta población, el 52 % está en edad de trabajar y sólo el 15 % de ellos lo hace. Estas cifras evidencian las pocas opciones que en los últimos años se han brindado a la población con discapacidad para favorecer su desarrollo integral, creando limitaciones de orden social y económico en estos individuos, su familia y la comunidad, como lo indica el Pacto de Productividad.
Actualmente 104 municipios del departamento de Antioquia han implementado el Registro de Localización y Caracterización de la Población con Discapacidad (RLCPD). De estos municipios ya hay 81 que cuentan con la información sistematizada, en la que refieren 46.117 personas con discapacidad. Por otro lado, la secretaría de Inclusión Social y Familia del Municipio de Medellín, contabiliza 271 personas con discapacidad, que se encuentran vinculadas a la vida laboral.
Cada vez son más las organizaciones que se unen a proyectos de inclusión laboral para personas con discapacidad, pues les genera beneficios tales como: mayor reconocimiento por parte de la comunidad como una empresa socialmente comprometida y algunas ventajas tributarias como lo señala el Acuerdo 57 de 2003 del Municipio de Medellín en su artículo 46 b: “Los contribuyentes del impuesto de Industria y Comercio y Avisos y Tableros que empleen personal discapacitado en el Municipio de Medellín podrán descontar de su base gravable anual, en su declaración privada, una suma equivalente al 100 % del valor de los pagos laborales a los discapacitados en el año base del gravamen”.
Maribel Pérez menciona: “Uno de los objetivos de la institución Maestro Guillermo Vélez es que los jóvenes en situación de discapacidad accedan al trabajo con las mismas condiciones laborales de una persona que no tiene discapacidad”. Para lograr esto, la institución forma a los jóvenes en tres saberes: el primero es el saber saber, esto se refiere a los conocimientos que una persona puede adquirir; el segundo es el saber hacer, es decir, la capacidad de desempeñar un oficio específico; y el tercero es el saber ser, que apunta a la independencia y autonomía de los estudiantes.
Debido al apoyo de la institución Maestro Guillermo Vélez, jóvenes como Nelson y Yéssica han logrado mayor desarrollo como personas, aunque faltan muchos sueños por cumplir. Ella espera poder vincularse laboralmente con alguna empresa, mientras él espera terminar su bachillerato, aprender a leer, a escribir y cumplir su sueño de desempeñarse como electricista.