Medellín, la oficina del mundo

24 de enero de 2025

Por: María Camila Madrid Henao, Sebastián Henao Grajales, Valentina Ávila Arango y Maria Ximena Cortés Gómez

Para un nómada digital en la actualidad, las oportunidades de trabajo se expanden más allá de una oficina con un escritorio y sus típicos 30 minutos de descanso o almuerzo.

Foto por: Mind Crypto Caffe.

Ahora, los espacios de trabajo pueden tener vistas impresionantes de la ciudad, servicio directo desde la cafetería y, en algunas ocasiones, habitaciones con televisión, jacuzzi, gimnasio y hasta buffet.

Andrés Ceballos, gerente y uno de los creadores de Coworking Inspira, lleva 5 años en el mercado y nos comentó que en su empresa la mayor parte de sus clientes son locales y no tantos extranjeros, que por cierto, poco frecuentan el lugar.

Su modelo de negocio se basa en generar ingresos con las oficinas privadas amobladas que el coworking ofrece. Son espacios para compartir con el equipo de trabajo y así se ahorra tiempo y dinero en instalaciones.

Según comentó Ceballos, estos espacios son esenciales para el ecosistema de emprendimiento, porque permiten trabajar de diferentes maneras con planes flexibles y con servicios de alta calidad. Se adaptan a personas que trabajan freelance o para emprendimientos que trabajan en sus casas. También comentó que son espacios rentables para extranjeros y locales, por su diversidad y flexibilidad.

“Lo que pagan en un café en alimentación se puede pagar en un espacio en un coworking”, concluyó Ceballos.

Sin embargo, no todo sobre los coworkings son virtudes. Hay que reconocer que este fenómeno migratorio, en Medellín, ha traído diversas consecuencias a distintos gremios de la ciudad.

La realidad es que los arriendos en Medellín, siguen en aumento. Según la Ley 820 de 2003, los cánones de arrendamiento de vivienda urbana este año se podrían incrementar hasta un 9,28 %. 

Foto de: El País.

¿Y cómo se conectan estos aumentos con los extranjeros y los espacios de coworking?

Sucede que las viviendas de renta corta, como los Airbnb, facilitan que muchos extranjeros puedan trabajar remotamente desde nuestra ciudad. Esta estancia prolongada e indefinida de extranjeros, es una de las causantes de los aumentos estrepitosos de arriendos en diversos sectores de Medellín. 

Desigualdad social 

Además de los retos económicos que debe asumir la población local, el cambio cultural se ve reflejado en las transformaciones inmobiliarias que se expanden en su mayoría en los barrios de altos recursos de Medellín con edificios diseñados y pensados para extranjeros, adicionalmente, la gastronomía cambia con el crecimiento de cafés que traen costumbres del exterior adaptados para trabajar allí. 

Foto de: Mind Crypto Caffe.

Un ejemplo de ello es la cadena Starbucks, con alimentos alejados de la cultura local y nombres extranjeros que se adaptan a los nómadas extranjeros. Además, la adaptabilidad de otros idiomas cómo el inglés en los establecimientos para mejorar la experiencia de los visitantes de otros países pone en segundo lugar el idioma original de los locales.

¿Será este entonces un dilema entre el crecimiento económico y la conservación de la identidad cultural?


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