La Fiesta del Libro conecta la memoria de Medellín con “El mañana”
Medellín cumple 350 años y lo celebra sembrando futuro en cada página: la Fiesta del Libro y la Cultura invita a leer la ciudad, a recordar su memoria y a soñar el mañana.
Por: Jair Alexis Echavarría, Isabella España, María Camila Gallego, Joleisha Livingston y Camilo Sánchez
La 19.ª Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín se convirtió en el escenario perfecto para celebrar los 350 años de la ciudad, tejiendo un puente entre el pasado y el futuro a través de la programación especial “Semillas del mañana”. Durante diez días, del 12 al 21 de septiembre, más de 3.000 actividades transformaron el Jardín Botánico y espacios aledaños en un laboratorio de memoria y proyección urbana.
“Bajo el mismo cielo, sobre el mismo valle”
El corazón de esta celebración fue el Salón La Piloto, ubicado en el Orquideorama, que bajo el lema “Medellín: +350” desarrolló la franja temática “Bajo el mismo cielo, sobre el mismo valle”. Este espacio se consolidó como un archivo viviente donde más de 120 actividades exploraron la historia de Medellín como una superposición de capas de tiempo, voces y formas de habitar el territorio.
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Conversaciones que nos llevan al pasado
Entre las actividades más destacadas se encontraron conversaciones emblemáticas como “Medellín, ciudad imaginada: apuntes sobre literatura”, donde Juan Luis Mejía y Darío Jaramillo Agudelo recorrieron las múltiples formas de narrar y habitar la ciudad desde las letras. Esta charla se complementó con “Bibliotecas que hacen ciudad” y “Memorias culturales de la villa”, espacios que reflexionaron sobre el papel de las instituciones culturales en la construcción de identidad urbana.
La programación también rescató figuras históricas a través de lanzamientos editoriales especiales como la nueva edición de “Medellín” de Tomás Carrasquilla y “Cartas a Aurita”, que recoge correspondencia inédita de Gonzalo Arango. Estas publicaciones, junto con “Luis Tejada, genio y finura”, reafirmaron el compromiso de la ciudad con la preservación de su memoria literaria.
Historias invisibles toman forma
Un aspecto fundamental de la celebración fue dar voz a comunidades históricamente invisibilizadas. La charla “Raíces y aportes étnicos en la historia de Medellín” puso en el centro la presencia de pueblos indígenas y afrodescendientes, sus prácticas y conocimientos en la construcción de la ciudad. Paralelamente, “Actores al margen de la ciudad” recuperó la historia de figuras olvidadas por los relatos oficiales que han sido fundamentales en las dinámicas urbanas.
El enfoque inclusivo se extendió a toda la programación con actividades en Lengua de Señas Colombiana, reafirmando el compromiso de la Fiesta con la diversidad y la accesibilidad cultural.
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El patrimonio como punto de partida
Lorena Zapata, integrante del equipo de patrimonio de la Biblioteca Pública Piloto, destacó que la institución “custodia el corazón cultural de la ciudad, y por tanto el corazón de la memoria también”. Esta visión se materializó en actividades como “Memorias vivas del Archivo Fotográfico BPP”, donde se exploraron las fotografías de Melitón Rodríguez desde una mirada íntima, y “Los libros que nos revelan: rastros y rostros de las librerías en Medellín”.
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La memoria urbana también se abordó desde perspectivas contemporáneas en conversaciones como “El arte en Medellín: sobrevivir a la ciudad herida”, que examinó el arte como testimonio y resistencia durante las décadas más crudas del conflicto armado, y “Vestir los cuerpos: las memorias y rastros de la moda en Medellín”, que exploró el vestido como archivo de identidad.
Historias que son todo un cuento
A orillas del lago del Jardín Botánico, el Cuentódromo se convirtió en un espacio donde las historias de la ciudad cobraron vida. Narraciones como “El príncipe arriero”, “Habitar y dejarse habitar por Medellín” y “Escala de Richter” transportaron a los asistentes por diferentes épocas y rincones de la ciudad, conectando tradiciones ancestrales con realidades contemporáneas.
Especialmente significativo fue “Herencia de Caragabí”, que recorrió la historia desde los habitantes primitivos con su dios Caragabí y las comunidades indígenas del Valle de Aburrá hasta la ciudad actual, creando un hilo narrativo que conecta el pasado milenario con el presente.
Objetivo: Capital Mundial del Libro
Como explicó Deneiber Sady Mesa, líder de Cultura de la Biblioteca Pública Piloto, el concepto de este año fue “el mañana”, pero teniendo en cuenta el patrimonio, la memoria y la cultura de la ciudad. “La literatura ha transformado la ciudad y nos ha posicionado como una ciudad cultural que lee, que no quiere repetir la historia marcada por la violencia, sino proyectarse hacia el futuro”, afirmó Mesa.
Esta visión prospectiva se alineó perfectamente con el objetivo de convertir a Medellín en Capital Mundial del Libro, un propósito que, según los organizadores, refleja la transformación cultural que ha tenido la ciudad gracias a sus autores, sus bibliotecas y sus lectores.
Con esta edición, Medellín reafirmó que su mejor homenaje a los 350 años no es solo recordar su historia, sino leerla, escribirla y proyectarla hacia el futuro. La Fiesta del Libro y la Cultura 2025 demostró que la memoria no es un ejercicio nostálgico, sino una herramienta vital para construir el mañana.
El evento no solo celebró tres siglos y medio de historia, sino que plantó las bases para los próximos capítulos de una ciudad que ha hecho de la lectura su mejor estrategia de transformación social.
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Este artículo se escribió con la información recopilada en la reportería de los estudiantes del curso de Periodismo Virtual, en la Fiesta del Libro y la Cultura 2025 y con apoyo, para su redacción, de herramientas de inteligencia artificial operadas y supervisadas por un editor humano.
Vuelve al Especial: Medellín conmemora sus 350 en la Fiesta del Libro y la Cultura
