Ley Comida Chatarra: ¿será suficiente esta medida para evitar consumir productos ultraprocesados?

Ley Comida Chatarra: ¿será suficiente esta medida para evitar consumir productos ultraprocesados?

25, febrero 2023

Por: Verónica Hernández Téllez, Luna Fernández Cárdenas y Vanessa Rojas Flórez

Con la sanción de la Ley 2120 de 2021, también conocida como “ley de comida chatarra”, que adoptará medidas que promuevan entornos alimentarios saludables, con el fin de prevenir la aparición de Enfermedades No Transmisibles (ENT), Colombia está avanzando en lo que respecta a proteger y garantizar el derecho fundamental a la salud, especialmente a niños, niñas y adolescentes, mediante el acceso a información clara, veraz, oportuna, visible, idónea y suficiente, sobre componentes de los alimentos a través de los sellos de advertencia frontales en los productos ultraprocesados.


Según la Organización Mundial de la Salud, las ENT resultan de la combinación de factores genéticos, fisiológicos, ambientales y conductuales. La principal ENT es la enfermedad cardiovascular, a menudo son causadas por las dietas malsanas y la inactividad física que pueden manifestarse en forma de tensión arterial elevada, aumento de la glucosa y obesidad.

Según la ENSIN: Encuesta Nacional de Situación Nutricional, en Colombia, uno de cada cinco adolescentes (17,9%) presenta exceso de peso.

Diana Carolina Solano Marín, nutricionista en el programa Buen Comienzo Entorno Familiar, explica porqué los colombianos necesitaban esta ley de comida chatarra: “Necesitábamos una ley de comida chatarra para que los consumidores estén mejor informados a la hora de elegir productos para consumir. Obviamente esto debe ir acompañado de educación en la lectura de etiquetas nutricionales y de los adversos de estos componentes (sodio, grasa saturada, azúcares…) en la salud”.

La ley en Latinoamérica

En Latinoamérica, algunos países ya han implementado leyes que exigen el etiquetado de advertencia en los productos industrializados y además, han tomado medidas en las instituciones educativas sobre la alimentación de los niños y adolescentes, velando por un consumo saludable.

En Chile, existe la Ley de Etiquetados que exige que los fabricantes, productores, distribuidores o importadores de productos ultra procesados informen el nivel de azúcares, sodio, grasas saturadas y demás a través de las etiquetas siendo visible y de fácil comprensión a la población. Además el país ha establecido medidas para establecimientos educativos, ley que “prohíbe la venta y publicidad de alimentos “Altos en” en los establecimientos de educación parvularia, básica y media”.

En Perú, con la Ley de Promoción de la Alimentación Saludable para Niños, Niñas y Adolescentes, el país implementa el etiquetado frontal de advertencia en los empaques, además de poner en funcionamiento kioscos y comedores saludables en las instituciones educativas y la supervisión de la publicidad de alimentos ultraprocesados para evitar las enfermedades crónicas no transmisibles.

En Ecuador existe el Reglamento de Etiquetado de Alimentos Procesados desde 2013, que con el sistema semáforo, un sistema de colores que indican el nivel de azúcares, grasas y sodio, rojo (alto), amarillo (medio) y verde (bajo) que facilitan al consumidor la elección de alimentos para su adquisición y consumo.

En México, se implementó en el 2020 el Etiquetado Nutrimental. Este etiquetado de alimentos es considerado por la UNICEF como el mejor del mundo ya que es un etiquetado basado en evidencia científica que se diseñó entre la comunidad académica y las instituciones de salud.

Otros países como Argentina y Colombia aún están en proceso de implementar este tipo de políticas para proteger la salud de sus habitantes. Colombia tendrá un sistema diferente al modelo octagonal y al modelo de semáforo, el sello frontal de advertencia será circular y se estima que comenzará a regir en noviembre de 2022. Según estudios realizados para comparar los diferentes sellos de advertencia, en otros países las personas han indicado en general que las formas octogonales funcionan de manera similar o mejor que otras formas como rectángulos o triángulos.

¿Es suficiente el etiquetado frontal para una alimentación saludable?

Angélica María Claro, asesora para la Promoción de Alimentación Saludable de la organización Red PaPaz, la red de padres y madres que abogan por la protección de los derechos de niños, niñas y adolescentes en Colombia, reconoce la importancia de los etiquetados frontales de advertencia en los productos, sin embargo, indica que estos necesitan ser basados en la mayor evidencia científica. Otro punto a cuestionar que plantea Claro es la publicidad de la comida chatarra en entornos escolares, para garantizar entornos alimentarios escolares es necesario que no haya publicidad de estos dentro de los establecimientos educativos y que la oferta de alimentos en las tiendas escolares sea adecuada para los estudiantes. Por ejemplo, en países como Chile y México, los dibujos y personajes animados en los empaques de productos que tengan el sello de advertencia están prohibidos para evitar atraer la atención de los niños

“El etiquetado es una de las medidas que se requieren para garantizar entornos alimentarios saludables pero también se requiere proteger los entornos escolares, restringir la publicidad de bebidas y comestibles ultraprocesados, y la inclusión del impuesto saludable a las bebidas endulzadas” agregó la asesora.

A través del Sistema de Vigilancia Nutricional se identificó que la prevalencia de sobrepeso para el 2019 era del 4% y de obesidad 0.7%,  durante el 2020 la prevalencia de sobrepeso aumentó a un 4.8% y la obesidad en 0.1% en los niños menores de 6 años y para el 2021 se han identificado alrededor de 7.000 niños con sobrepeso y obesidad en las instituciones educativas de la ciudad de Medellín.

Fuente: Secretaría de Salud de Medellín

 

 Educación alimentaria en las instituciones educativas

Para comprender cómo los niños, niñas y adolescentes en las instituciones educativas asumirán esta ley, es necesario tomar cada una de las opiniones de todos los actores que se ven involucrados o afectados por dicha ley, por lo anterior, se llevó a cabo una investigación en la I.E  Rafael Uribe Uribe de la ciudad de Medellín donde se logró obtener una entrevista con el rector César Rodríguez.

El rector César Rodríguez dio a conocer algunos de los temas legales con respecto a la tienda de la institución donde explica que el encargado de la tienda es una persona o empresa ajena a la institución además que dicho contratista es escogido por el consejo directivo y su contrato es por un año. Lo más llamativo de esta entrevista es cuando el rector afirmó que al ser un colegio público no tiene gran autoridad para decidir que se vende y que no, comentaba que las únicas prohibiciones es la venta de chicles y licor, a excepción de los dos productos mencionados anteriormente, el contratista tiene toda la autonomía para decidir qué alimentos vender sin importar la marca o contenido.

También se dio a conocer la opinión del contratista donde explica que él ha hecho experimentos en los colegios, escondiendo las gaseosas y dejando a la vista los jugos naturales, la conclusión de esto fue que los estudiantes preguntan por las gaseosas y no compran jugos. Incluso, se observó que varios de los estudiantes ingresaron gaseosas a la institución,  compradas en tiendas aledañas a sus hogares o al colegio.

Pedagogía sobre la educación alimentaria, un camino por recorrer

Salomé, estudiante del colegio Rafael Uribe Uribe, dio a conocer un acto positivo de la institución, ya que comentó acerca que les dan charlas sobre la adicción del azúcar y que alimentos la contienen, dejando así una gran enseñanza para todos los estudiantes, es importante que se vayan informando realmente qué es lo que están consumiendo.

 

Andrés Gutiérrez, padre de familia del colegio Rafael Uribe Uribe, relata lo que se ve a menudo en muchas de las familias del país cuando de alimentación se trata. Muchos de los padres no tienen la posibilidad de prepararles un desayuno saludable a sus hijos por varias razones, en este caso el padre trabaja y no le queda tiempo para hacerle el desayuno por lo que su única opción es darle dinero para que pueda comer en los descansos.

También es muy común ver cómo muchos padres de familia no están realmente informados de esta ley ni de lo que venden en los colegios, por lo que no saben realmente qué consumen sus hijos. “No tengo mucho conocimiento acerca de la ley pero con lo que mi hijo me comenta pienso que únicamente venden alimentos no saludables, como paquetes y gaseosas” agregó el padre de familia.

 

Carolina Cruz, madre de familia de un estudiante del colegio Rafael Uribe, cuenta también que en los colegios no hay mucha variedad de alimentos saludables, es decir, que son de consumo ligero y económico.
 
Cruz considera que los productos no deberían estar a un alto precio por su nivel de calidad, hay que tener en cuenta que la alimentación debe ser considerada como un buen hábito y no como negocio. En la mayoría de los colegios no hay mucha variedad de alimentación saludable, es decir la mayoría de productos que se venden son de consumo ligero y económico, esto es dado por muchas razones entre esas la economía de los padres y también del mismo colegio; los productos que más suelen venderse son empaquetados y con altas calorías (suele ser lo más económico). No les importa promover una buena alimentación ya que puede ser costosa y lo más favorable sería llevar los productos desde casa y lo que esté al alcance de cada familia” indica la madre de familia.
Solano indica que un desayuno ideal para un niño en edad escolar es que su lonchera contenga alimentos naturales y poco procesados, ojalá hechos en casa. Que incluyan grupos de alimentos como cereales, lácteos, frutas y proteicos como el huevo, queso y jamón. La nutricionista agregó que se debe considerar eliminar alimentos procesados con alto contenido de grasas saturadas, sodio y azúcares, comidas rápidas con alto contenido de grasas saturadas, aceites reutilizados, alto aporte de salsas y carnes frías altas en sodio, uso de caldos concentrados con bajo aporte nutricional y alto aporte de sodio.

Sin duda, Colombia debe tomar conciencia desde la educación para que los etiquetados de advertencia produzcan un efecto positivo en la sociedad, especialmente en los niños, niñas y adolescentes. La correcta lectura y la debida enseñanza en las instituciones educativas sobre las repercusiones que tienen los productos ultraprocesados en la salud es esencial, para cuando la nueva ley de comida chatarra sea aplicable, adoptemos una nueva cultura social y las costumbres arraigadas en los entornos escolares cambien positivamente para garantizar el derecho a la salud.

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