Identidad y representación de las curules especiales en el panorama político actual en Colombia
Por: Laura Kamila Diaz Montes , Valentina Pérez López , Susana Rivera Valderrama, María Fernanda Quejada Loaiza
Fecha: 17, noviembre 2022
En el panorama político actual, las problemáticas y polémicas más sonadas han girado en torno a las curules afro, indígenas y las circunscripciones transitorias de paz, las preguntas que más hacen eco en la coyuntura presente es ¿Quiénes representan y han venido representando a estas comunidades? ¿Estas han significado un verdadero cambio para las minorías? Son cuestiones que se han venido tejiendo a lo largo de la historia y hoy hacen revuelo por la polarización política que sufre el país.
En Colombia, la Constitución Política indica que las curules especiales y las circunscripciones especiales transitorias de paz, son las encargadas de asegurar la participación política en el Congreso de la República de los grupos étnicos, las minorías políticas y las víctimas de la guerra en las zonas más afectadas por el conflicto armado. Estas se responsabilizan de la representación de un grupo poblacional marginalizado que no solo ha vivido los vestigios de las problemáticas sociales que enfrenta el país, sino que además, suscita un cambio y un mayor acogimiento en el panorama político, el cual permitirá la identidad y el reconocimiento de estas minorías, proveyendo así, un cambio en cuanto a la realidad social de estas.
A pesar de que estas curules están constituidas para representar y defender los intereses de estas minorías, la realidad es que desde su establecimiento hasta el panorama político actual se vienen presentando problemas de corrupción, identidad y reconocimiento, problemas que no solo invisibilizan las necesidades y realidades de estas comunidades, sino que además re victimizan y no reivindican sus derechos como minoría.
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Curules afro ¿un problema de identidad o corrupción?
Antes de la Constitución de 1991, las comunidades negras no habían cobrado visibilidad nacional en el panorama político colombiano. La larga lucha y constancia del pueblo negro fue un aspecto tajante para la reivindicación de sus derechos y una mayor participación política en el Congreso. Fue entonces solo hasta 1991 que se determinaron medidas normativas en favor de las comunidades afrocolombianas.
Siendo este aspecto positivo dentro del panorama político para estas minorías que según el expresidente de la Corte Constitucional Carlos Gaviria Díaz, en la sentencia C-169 de 2001, estas comunidades son“grupos que han sido tradicionalmente marginados de los beneficios que conlleva la inserción activa en la vida nacional”
Según el artículo 176 de la Constitución Política y la Ley Estatutaria 649 del 2001, “la circunscripción Especial Afrodescendiente está orientada a garantizar a las comunidades negras, afrocolombianas, raizales y palenqueras de Colombia, como grupo étnico, su participación política en la Cámara de Representantes”.
Desde su creación hasta el día de hoy, las curules afro han estado envueltas en polémicas que giran en torno a lo dicho por la Constitución y lo que significa verdaderamente pertenecer a una comunidad afro, ejemplo de esto fue lo sucedido en 2014 con María del Socorro Bustamante y Moisés Orozco; quienes no tenían relación alguna con las comunidades negras del país y que además, sorpresivamente, ambos personajes fueron electos por el mismo movimiento, FUNECO (Fundación Ébano de Colombia), dejando en evidencia las irregularidades en dicha elección que después de varios procesos jurídicos, fue anulada por el Consejo de Estado en 2016. Hay que recordar que Orozco y Bustamante contaron con el apoyo del ex miembro de la Cámara de Representantes de Colombia, Yahir Acuña, investigado por parapolítica, quien lideraba a FUNECO, la fundación que les otorgó el aval.
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Para escuchar la entrevista acceda aquí
Acerca de la ambigüedad que presenta la interpretación de la Constitución sobre la identidad y reconocimiento como miembro perteneciente de la comunidad afro, el director del Movimiento Nacional Afrocolombiano Cimarrón expresa que: “… La ley fue muy laxa en los requisitos para las candidaturas y los requisitos para las organizaciones avaladoras, con respecto a la ley estableció que la persona debía autorreconocerse como negro, y cualquier organización inscrita en el Ministerio del Interior podía avalar un candidato, no estableció tiempos de ejercicio de liderazgo por parte de los individuos candidatizados, no estableció tampoco los tiempos de las organizaciones, tampoco qué tipo de organizaciones…”
Y es que no solamente estos cargos han sido ocupados por personas con intereses distintos a los del pueblo afro, sino que además han sido curules atractivas para los grupos ilícitos y las mafias colombianas. Cuando se cuestionó acerca de si ha habido buena representación por parte de quienes ocupan estos puestos, Mosquera respondió que las curules “para el Movimiento Nacional Afrocolombiano Cimarrón, no se han ejercido en función de los intereses de la población afrocolombiana como grupo étnico y han sido cooptadas por los partidos mafiosos de diversas regiones del país”.
Dejando en evidencias las irregularidades y falta de control que hay de parte del Estado frente a estas curules.
En este apartado, podrá ver la totalidad de la entrevista realizada a Juan de Dios Mosquera Mosquera:
La importancia de estas curules radica en las necesidades de las comunidades afro, que según la ONU, “el 80% de la población vive en condiciones de extrema pobreza”, a esto se suma el conflicto armado interno que sufre esta población, las problemáticas de desplazamiento y confinamiento en sus territorios, y la ya agravada situación precaria en torno al reconocimiento de sus derechos como minoría.
A raíz de esto, nace la necesidad ante el Estado de reivindicar al pueblo negro en estos escenarios para el reconocimiento y la inclusión de las minorías étnicas dentro del sistema político.
“La población afro en Colombia contribuye con nuestra identidad como nación, la cual por medio de danza, gastronomía, arte y folklor busca la reivindicación de sus derechos. Las comunidades afrodescendientes hacen grandes aportes a la cultura colombiana”.
ASOMECOS AFRO
En modo de reflexión es importante acudir a la historia y a la juventud para comprender estos procesos sociales, judiciales y culturales que se vienen tejiendo en Colombia con las comunidades negras.
Desde la historia y la juventud
Maikel Mateo Cuesta Moreno, estudiante de Comunicación Social de la Universidad Católica Luis Amigó, nos comparte su postura frente al manejo deficiente que han llevado los representantes de las curules afro en el país en donde el interés de los líderes no se ha centrado en el bien de las comunidades y su inefectividad en cumplir con los objetivos propuestos.
Curules indígenas, ¿una cuestión de pedagogía electoral o políticas públicas?
Sin lugar a duda, 1991 fue un año de verdadero avance en temas constitucionales para las minorías étnicas del país, ya que solo a partir de este año el pueblo indígena logró una mayor visibilización en el panorama político colombiano, donde gracias a la norma de normas, las comunidades indígenas de Colombia pudieron contar con una representación en estos escenarios políticos, permitiéndoles acceder a una curul en el Senado de la República y otra en la Cámara de Representantes, esto con el objetivo de tener mayor participación política y legislativa en el Congreso.
Carlos Andrés Arias Orjuela, comunicador social y político, experto en temas electorales, dice:
“Las circunscripciones especiales para pueblos indígenas en el Senado de la República son fundamentales, no solo para la participación política y ejercicio legislativo, sino para la preservación de la identidad de estas comunidades”.
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En torno a la representatividad y participación política mencionada anteriormente, gran parte del pueblo indígena no se siente cercano a sus candidatos elegidos en cuanto a la cultura e identidad de sus raíces, pues se entra a cuestionar si estas curules alcanzan a representar a las 102 comunidades indígenas presentes en el país. Según el senador de la República Polivio Leandro Rosales, “hay dos curules indígenas en el Senado y una en Cámara, estas no representan una fuerza política y no alcanzan a representar una fuerza para presentar cambios estructurales”.
Una de las problemáticas más latentes es la pedagogía electoral en las comunidades indígenas, donde muchos miembros de estas, no conocen a quienes los representan en estas curules, respecto a esto, el senador enfatizó que “el tema de la formación política es un problema estructural, no solamente de los indígenas”, dejando en claro que esta es una problemática que precede una cuestión cultural o social y se enfoca en un tema de políticas públicas y de la estructura naciente en estas.
Para ampliar más la información y perspectiva de lo que sucede verdaderamente en estas curules, Pluralidades entrevistó al senador de la República Polivio Leandro Rosales, ganador en las pasadas elecciones legislativas al Senado para curules indígenas.
En este apartado podrá visualizar la totalidad de la entrevista:
Los pueblos indígenas no solo son conocidos por su cultura, sino también por las problemáticas sociales que han venido enfrentando a través de los años, y que con el paso del tiempo se han incrementado, según la Corte Constitucional (Auto 004), dentro de los principales ejes de afectación a los derechos individuales y colectivos de los pueblos indígenas se encuentran el reclutamiento forzado de menores y jóvenes, la indigencia, problemáticas alimentarias, educativas, problemáticas de violencia sexual y por motivos de género, así como la prostitución forzada, las confrontaciones armadas, la instalación de minas antipersona; los asesinatos selectivos de autoridades, tradicionales, maestros y promotores de salud; y el confinamiento, entre otros. La Corte también señala que al menos 32 pueblos indígenas de Colombia están en peligro de extinción.
Pero, sus problemáticas económicas y de vivienda no son las únicas visibles, sino también las pedagógicas, pues hace menos de 4 meses fueron las elecciones legislativas, elecciones en las que muchos indígenas no conocían quienes eran los candidatos que en un futuro los representarían.
“Los indígenas del país bajo la línea de pobreza representan el 63% del total de su población y de estos el 47,6% está por debajo de la línea de la miseria”
Tania Guzmán, coordinador general de las Naciones Unidas para el Desarrollo
Además, está recalca que son más “numerosos los casos de muerte por hambre” en algunos pueblos indios de la costa norte, el este y el sur del país, alertó la experta de la representación del PNUD para Bogotá.
Es a raíz de esto, que es importante señalar la relevancia de las curules indígenas dentro del panorama político colombiano, pues no solo permiten una buena representación y visibilidad de sus problemáticas y necesidades como comunidad, sino que también amplían la concepción en temas de pedagogía electoral para estas minorías étnicas.
“Los pueblos indígenas de Colombia han sido defensores de la paz y fin del conflicto armado. Han salvaguardado saberes y culturas milenarias que hoy aportan una visión sostenible de la vida y el territorio.”
Comisión de la Verdad.
Desde la sociología y las comunidades
Circunscripción Transitoria Especial de Paz, ¿Un proceso a medio camino?
Las circunscripciones son un mecanismo transitorio creado por el Acuerdo de Paz que fue firmado en el año 2016 entre el Estado colombiano y la ex guerrilla de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia). Su objetivo recae en la reparación de los territorios afectados por el conflicto armado, mediante la participación política de las víctimas de la guerra, las cuales han estado históricamente invisibilizadas por el sistema político colombiano, y que hoy por hoy, aún siguen siendo víctimas de los vestigios de la guerra.
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“Estas curules son importantes precisamente porque permiten que víctimas y comunidades golpeadas por el conflicto tengan representación y puedan transmitir al país sus preocupaciones e iniciativas. La articulación que tengan con representantes y partidos en el Congreso puede enviar un mensaje muy importante de reconciliación al país, es la oportunidad que tiene el país político de demostrar que es capaz de reconocer e integrar a las víctimas y grupos tradicionalmente olvidados y afectados por la violencia”,
Sebastián López, decano de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la Universidad Javeriana.
Las víctimas del conflicto armado cuentan con 16 Circunscripciones Transitorias Especiales de Paz (CITREP) ubicadas estratégicamente en 167 municipios de los departamentos de Antioquia, Bolívar, Arauca, Cesar, Cauca, Caquetá, Chocó, Guaviare, Córdoba, Huila, Magdalena, Tolima, Putumayo, Norte de Santander, Nariño, Valle del Cauca, Sucre, La Guajira y Meta. Departamentos donde el conflicto armado se ha concentrado y ha golpeado duramente a las poblaciones residentes en estos municipios, por eso su importancia no radica solamente en la reestructuración de un sistema que fue indiferente por tantos años ante la situación de las víctimas de la guerra, sino también porque ha permitido la amplificación de las voces de estas frente al escenario político colombiano.
Sin embargo, las Circunscripciones Transitorias de Paz, ha estado envueltas en múltiples polémicas en torno a quiénes representan los intereses de las víctimas, polémicas como la de Dibia Escobar, secretaria de movilidad de Turbo, quien se lanzó a una curul de paz por la región de Urabá, y quién fue destituida tiempo después, ya que su diploma en Comercio Internacional de la Universidad Antonio Nariño no era auténtico y había sido falsificado, otra de las sonadas polémicas fueron las denuncias hechas por las víctimas del Chocó, Arauca, Norte de Santander y Montes de María, los cuales aspiraban a las circunscripciones de paz, y denunciaron y rechazaron el cobro de $7 millones por parte de la Registraduría como una póliza para recibir el 50% de los recursos para sus campañas políticas, esto ha dejado en evidencia pública las múltiples irregularidades y obstáculos para las inscripciones en estas curules de paz, la falta de garantías para las víctimas en estos procesos y el respaldo de clanes políticos a ciertos candidatos de estas.
“El proceso de diálogo y la posibilidad de cierre del conflicto armado, puede ser entendido como una ventana de oportunidad para optimizar los esfuerzos gubernamentales encaminados a la consolidación de la presencia del Estado en el territorio. ”
CERAC (Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos).