El poder del ejercicio físico contra el cáncer de mama 

El poder del ejercicio físico contra el cáncer de mama

El cáncer de mama es una de las enfermedades más comunes y devastadoras que afectan a las mujeres en todo el mundo. A pesar de los avances en el diagnóstico y el tratamiento, sigue siendo una causa significativa de morbilidad y mortalidad. Sin embargo, un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) arrojó luz sobre un factor que puede ayudar a reducir el riesgo de cáncer de mama y mejorar la calidad de vida de los pacientes, la actividad física.

La lucha contra esta enfermedad se ha convertido en prioridad para la salud, debido a las altas tasas de mortalidad que se han presentado en los últimos años. Según los análisis realizados por la Cuenta de Alto Costo en el marco del aseguramiento en Colombia, al 31 de agosto de 2023 se han informado 107.181 casos prevalentes de cáncer de mama en las mujeres.

Teniendo en cuenta, que entre 2007 y 2017 fallecieron en el país 16.192 mujeres por cáncer de mama, siendo Bogotá la ciudad más afectada con 3.067 casos, seguida por Antioquia, con 2.496, y el Valle del Cauca, con 2.193 según el informe del Instituto Nacional del Cáncer (INC).

Ejercicio físico como herramienta de lujo para combatir el cáncer

A pesar del llamado de médicos y expertos en deporte para realizar entrenamiento físico durante el tratamiento del cáncer, inclusive como método de prevención de la enfermedad, no hay una política pública en la ciudad de Medellín que otorgue este tipo de actividades a pacientes oncológicos.

 

 

 

Clemencia Cárdenas Echeverri, odontóloga general, fue diagnosticada con cáncer de mama hace 13 años y hoy tiene la fortuna de contar su historia como sobreviviente y plenamente recuperada, agradeciendo, además, al deporte como uno de los factores que marcaron diferencia para sobrellevar su proceso y continuar con un estilo de vida saludable que evitara una recaída.

 

 

 

 

 

Mientras que Aracelly González Ramírez, administradora y licenciada en deporte, está finalizando su tratamiento de quimioterapias fuertes tras ser diagnosticada con cáncer de ovario y pasar por una cirugía que debilitó aún más su organismo. Ara, como le gusta ser llamada, adoptó en su proceso el entrenamiento para sobrellevar de mejor manera el impacto que iba generando en su cuerpo los procedimientos médicos.

Escuchando atentamente las historias de vida de ambas mujeres, coinciden en manejar un discurso de esperanza y resiliencia para no caer en un abismo de dudas y dejarse vencer por la enfermedad; también son conscientes que han sido muy afortunadas pues han contado con los recursos para solventar las necesidades que exige el cuidado de una recuperación cancerígena.

Lamentablemente, las brechas sociales marcan en ocasiones, el éxito o fracaso de los tratamientos oncológicos. No todas las personas tienen acceso a un sistema de salud eficiente, de calidad y atento a las urgencias que requiere un cáncer, y no ajeno a ello, el deporte también está limitado sólo para algunos beneficiados.

El médico especialista en ecografía y colposcopia, Kostar Tabares Correa, con una experiencia de 35 años y además esposo de una mujer sobreviviente de cáncer de mama, sostiene que el beneficio del entrenamiento físico en pacientes oncológicas no solo está basado en pruebas científicas, sino también en las vivencias de su vida personal.
“La actividad física hace parte del ser humano, de su contexto en general, es por ello que casi en todas las premisas científicas, los consejos médicos están apoyados en el ejercicio físico porque todo nuestros sistemas del organismo se refuerzan y fortalecen con la realización de estas actividades”, apuntó Kostar.
Afirma el médico, que se llama ejercicio físico a todo lo que sea movimiento, por eso no se habla necesariamente de esfuerzos desgastantes que terminen perjudicando los objetivos de cada paciente. Por ejemplo, Clemencia y Aracelly, encontraron en caminar, una activación regulada que ayuda a su control y rehabilitación de curación.

Deporte sí, pero bajo observación

Es muy importante aclarar que todos los cuerpos y tipos de cáncer tienen un proceso de recuperación diferente, esto influye en determinadas variables a tener en cuenta.

Por eso es necesaria la individualización de cada paciente; un tratamiento de cáncer de mama no es el mismo que un proceso oncológico de ovarios, pulmón o de estómago, entre otros. Allí radica la principal dificultad para brindar políticas públicas a una población tan extensa que no debe ser generalizada, comenta una funcionaria de la Secretaría de Salud de Antioquia que solicitó la reserva de su nombre.

“De por sí, la atención pública del tratamiento contra las distintas patologías de cáncer representan una inversión grande del Presupuesto Nacional, ahora asignar a cada paciente de oncología para su proceso específico un médico, nutricionista, entrenador y seguimiento, es un costo que no hay posibilidad de asumir, aún” enfatizó la trabajadora pública.

Jorge Ossa Loaiza, especialista en deporte y entrenador personal, quien además ha atendido pacientes oncológicos, argumenta que el asunto no es tan “folclórico” de decir “arranquemos a hacer ejercicio y ya, no”. Todo debe realizarse de manera segura bajo la supervisión de profesionales de la salud para garantizar que se adapte a las necesidades individuales de cada paciente.

“Para iniciar un proceso de entrenamiento deportivo, hay que contar con la autorización del oncólogo, ya que si la persona está pasando por plena quimioterapia, por ejemplo, estará exageradamente débil, así que el cuerpo gastará más energía en sobrevivir que en hacer ejercicio y no se le puede agotar, por eso todo dependerá del estado de ese paciente”. especificó Ossa.
Lo que sí está claro, tanto para el doctor Kostar y el entrenador Jorge, y que puede ser más general, es que luego de pasar todas las citas de quimioterapia, radioterapia o post tratamiento según el caso, es necesario una recuperación muscular y trabajados más exigentes para rehabilitación total de los pacientes.

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