En Medellín todo está muy caro

24 de enero de 2025

Por: María José Bermúdez, Melissa Blandón y Yeraldin Chaverra

A lo largo de los últimos tres años, muchos se han dado cuenta de que los precios han aumentado hasta alcanzar niveles irracionales. El costo de vida en sectores turísticos de Medellín como Provenza, El Poblado y Laureles, ha llevado a que incluso los residentes de la ciudad se abstengan de salir debido al alto precio de muchos productos.

 La vida nocturna en Medellín se ha vuelto muy popular, impulsada por el aumento de los nómadas digitales y la subida del dólar. Como resultado, salir a estos lugares se ha vuelto sumamente exclusivo y costoso, con un gasto promedio que supera los 250 mil pesos colombianos por persona.

Esto antes no sucedía; se sabía que con 100 mil pesos colombianos por persona era posible salir, disfrutar de una comida y regresar a casa sin preocuparse por gastar una cantidad exorbitante de dinero.

Sin embargo, en la actualidad, esos mismos 100 mil pesos apenas alcanzan para cubrir la entrada a muchos lugares, que hoy en día cobran un “cover” que varía entre 30 y 60 mil pesos, lo que representa más de la mitad del presupuesto original.

Foto de: El País.

Además, los precios dentro de los locales no tienen control alguno: una cerveza nacional puede costar alrededor de 20 mil pesos, y en algunas discotecas solo ofrecen marcas internacionales, con precios que inician en 30 mil pesos. Esto acaba por agotar completamente el presupuesto que se consideraba razonable hace tres años.

Los paisas que visitan estos lugares aseguran que, para disfrutar sin preocupaciones, es necesario llevar al menos entre 200 y 250 mil pesos. El monto cubre el costo del “cover”, la bebida, alguna colaboración para la botella, y una comida sencilla, además de permitir regresar a casa sin complicaciones.

De acuerdo con este dato resulta impensable o sumamente elevado para un colombiano que gana el salario mínimo legal vigente, ya que representa casi la mitad de su quincena o incluso más. Muchos opinan que salir a “rumbear” ya no es una opción accesible, sino un lujo que solo unos pocos pueden permitirse, como máximo, dos veces al mes.

Sin embargo, Provenza se mantiene lleno, principalmente de extranjeros que vienen a disfrutar de sus vacaciones, o de nómadas digitales que, aunque trabajan aquí, ganan en dólares. Para ellos, una salida puede costar menos de 50 dólares (210 mil pesos colombianos), un gasto que consideran módico, mientras que para los colombianos resulta elevado. 

Esto plantea la pregunta: ¿hacia quién están dirigidos realmente estos precios y cómo se inclina la balanza comercial en este contexto?

¿Y qué opina la gente?

Estas fueron algunas de las opiniones más relevantes acerca de este tema:

“El principal problema es la inflación, que se ve agravada porque gran parte del dinero que circula, especialmente divisas extranjeras como el dólar, no es reconocido legalmente por los dueños de negocios, bares, entre otros. Los clientes pagan con divisa externa, y al no haber un marco legal que obligue a declarar esos ingresos, muchos evaden el pago de impuestos. No hay supervisión constante ni autoridad que exija transparencia sobre las entradas monetarias” afirmó Santiago Mejía Jiménez.

“Bueno, esto se puede explicar por el fenómeno social que es la gentrificación el cual se está viendo en la ciudad específicamente en algunas zonas, pero el fenómeno que se está viendo es en toda la ciudad, los arriendos demasiado costosos, lo cual sigue aumentando como la brecha social tan grande que hay en general en el país, pero en la ciudad está yendo mucho más marcada” contó Sebastián Gómez.

Escucha aquí las entrevistas completas:

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