La participación juvenil en Semana Santa 2025: entre tradición y distracción

La participación juvenil en Semana Santa 2025: entre tradición y distracción

5 de mayo, 2025

Por: Estefanía Ciro Restrepo

La Semana Santa sigue siendo, para muchos jóvenes un espacio para encontrarse con la fe, con la comunidad y consigo mismos. Aunque su participación suele verse afectada por factores sociales, culturales y tecnológicos, cada año surgen nuevas formas de vivir la pasión de Cristo desde la juventud. Y este 2025 no fue la excepción.

Para conocer cómo se están involucrando, desde SEXTANTE DIGITAL hablamos con líderes pastorales, religiosos y jóvenes comprometidos, quienes compartieron una mirada realista pero esperanzadora sobre esta experiencia espiritual.

Fue así como el martes 15 de abril, la parroquia San Germán fue escenario de la Pascua Juvenil, un encuentro pensado para dialogar con los jóvenes desde su lenguaje y vivencias cotidianas. La actividad estuvo dirigida por Diomer Andrés Posada, teólogo de la Universidad Pontificia Bolivariana y maestro en el Colegio Calasanz, quien buscó transmitir el amor de Dios desde las relaciones personales que los jóvenes viven día a día.

“Ellos muchas veces no esperan que tú les hables de Dios, de teología y de aspectos espirituales. Ellos esperan que les muestres cómo Dios conecta con la vida real”, señaló Posada. Con un enfoque cercano, habló del amor en todas sus formas: de pareja, fraternal y el propio. A través de dinámicas, risas y reflexión, logró que los asistentes se sintieran parte de una experiencia más que religiosa, comunitaria. La jornada cerró con un asado y juegos comunitarios, como símbolo de que la fe también se vive compartiendo.

Fotografías tomadas en Parroquia San Germán en 2025

Entrevista realizada por Estefanía Ciro Restrepo.

Una fuerza joven para sostener la tradición

Durante los días santos de 2025, la presencia juvenil fue notoria, no solo como asistentes, sino como actores fundamentales en la logística de las celebraciones. Jairo Cardona, párroco del barrio de San Germán, lo expresó: “Es mucha la participación, porque los viejitos no me cargan santos, no tienen la fuerza. Los jóvenes son los que decoran, organizan, apoyan, piensan y sienten la Semana Santa”.

El padre Cardona también reconoció el papel creativo y renovador que los jóvenes traen a la parroquia. Su sensibilidad estética y su conexión con el mundo actual permiten que las celebraciones religiosas se adapten sin perder su esencia.

Foto
Estefanía Ciro Restrepo
Foto Parroquia San Germán
Ser joven vale si se cuidan los dos extremos de la vida: los jóvenes y los ancianos.

Entre la globalización y el sentido de pertenencia

El contexto global y el avance de las tecnologías también han transformado la vivencia religiosa de los jóvenes. En su vida pastoral, el fallecido papa Francisco lo advirtió en diversas ocasiones, como en su mensaje al XXV encuentro internacional de las comunidades Columbanas, cuando afirmó: “Necesitamos esta ‘sangre’ evangélica para que las comunidades no se disuelvan en una globalización homogeneizadora”.

Y alineado con ese llamado, el padre Cardona reconoció que hoy los jóvenes tienen más distracciones.

“Antes era más practicable la Semana Santa, más vivible por parte de los jóvenes que ahora. Las redes sociales, el mundo virtual… han hecho que los muchachos tengan oportunidades de mirar más cosas y dejar un poquito más la cuestión de fe”, indicó.

Contraste de los jóvenes en Semana Santa.

No obstante, esta “aldea global” también ofrece nuevas estrategias para conectar con ellos. Yeison Torres, asesor de la Pastoral Juvenil de la Arquidiócesis de Medellín, considera clave utilizar referentes cercanos: videojuegos, películas, redes sociales, actividades experienciales. 

“Es muy importante realizar actividades donde puedan experimentar dentro de sí lo que puede ser el perdón y la misericordia de Dios, pero ambientado por cosas de la actualidad”, explicó Torres.

Inspirar antes que imponer

Tanto Torres como Posada coinciden en que el enfoque pastoral debe ser inspirador, no autoritario.

“Cuando le impones a un chico la religión no funciona. En la medida en que mi coherencia, mis palabras vayan encadenadas a lo que yo enseño, así me convierto en una autoridad para él”, destacó Posada.

Sin embargo, la participación juvenil es fluctuante. Emmanuel Sucerquia, líder de grupos juveniles, explicó que esto depende de los procesos pastorales y sus liderazgos: “Antes habían muchos líderes que ya llevaban un cronograma, con actividades que acogían más a los jóvenes. Cuando se cambia de líderes, como en todo, cambian un poco las cosas y puede disminuir la participación”.

Aun así, hay espacios donde los jóvenes siguen acudiendo de forma significativa. Torres destacó dos momentos claves del Triduo Pascual: el Domingo de Ramos, declarado por la Iglesia como Jornada Mundial de Oración por los Jóvenes, y el Domingo de Resurrección.

“Son celebraciones donde se puede evidenciar mucha participación juvenil en las procesiones y la liturgia”, comentó.

Además, en varias parroquias de la Arquidiócesis, se celebra la Pascua Juvenil entre lunes y miércoles santos, convocando especialmente a los jóvenes que se preparan para la confirmación.

Comunidad como espacio de acogida

Para que un joven viva de manera auténtica la Semana Santa, debe encontrar en la Iglesia un espacio de acogida. “Que se sientan parte de una comunidad donde hay otros como ellos que también viven la fe”, afirmó Torres.

“Al principio las primeras comunidades cristianas tuvieron bastante acogida porque se amaban mucho entre ellos y de hecho la gente externa solía decir, ´Pero mírenlos cómo se aman´”.

¿Cómo los jóvenes viven y sienten la Semana Santa? Video realizado por Estefanía Ciro Restrepo

Esa chispa de esperanza también fue retomada por el papa Francisco en su mensaje de la XXXVIII jornada mundial de la juventud: “No tengan miedo de compartir con todos la esperanza y la alegría de Cristo Resucitado. La chispa que se ha encendido en ustedes, cuidenla, pero al mismo tiempo dónenla: se darán cuenta de que crecerá”.

A pesar de los retos de la modernidad, muchos jóvenes en Medellín siguen eligiendo cargar la cruz, organizar las procesiones, acompañar las celebraciones y compartir la fe. Y en ese compromiso silencioso, cotidiano y creativo, la Iglesia sigue viva.

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